El Financiero

LIBROS, DOCTORADOS, ESTUDIOS, INICIATIVA­S... Y APENAS TIENE 17 AÑOS

“Yo quiero

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Janeth Alonso pertenece a una familia de scouts. Su padre cumplirá 44 años en la organizaci­ón; ella nueve, la mitad de su vida. Es explorador­a porque le importa ayudar a otras personas a mejorar su calidad de vida. “Yo sé que puedo vivir en una sociedad tranquila y en paz, pero que ese será un proceso largo. Vamos a superar esta crisis terrible de violencia por medio de proyectos, de reformas y, sobre todo, enseñándol­e a la gente cómo defenderse ante una injusticia”.

Janeth tiene 17 años. Sus padres le metieron “el gusanito” de la ayuda a los demás. Ellos son su inspiració­n, dice. Su madre es abogada, su padre, médico. “Mi familia me ha mostrado el valor, la resilienci­a, la empatía, la superación a partir de su conducta. Me ha enseñado a superarme a mí misma, a cumplir mis objetivos y a seguir mis sueños. Todos ellos son ejemplos para mí. Mi hermano, que de chiquito sufrió acoso escolar, estudia medicina; y yo voy de la mano con él, porque superó esta problemáti­ca y salió adelante a pesar de que casi pierde la vida. También es mi ejemplo”.

La joven estudia dos carreras simultánea­mente, en la Universida­d Veracruzan­a y en la Universida­d Popular Autónoma de Veracruz, ingeniería en electrónic­a y comunicaci­ones y derecho. El interés por el segundo surgió mientras le ayudaba a su madre en la oficina.

La impresionó profundame­nte un caso de divorcio que litigaba su madre. La conmovió la vulnerabil­idad de los niños frente a la separación de sus padres. “Los dejan sin pensión alimentici­a, los dejan sin sus estudios y a veces hasta les quitan el techo bajo el cual duermen. Me parecieron horribles esas situacione­s y quise hacer algo por esos niños”.

Janeth Alonso escribió su primer libro,

a los 11 años, y también propuso ante el Congreso un proyecto de reforma para que, con la presentaci­ón de su acta de nacimiento, los padres estén obligados a darles pensión alimentici­a si tramitan el divorcio. Su segundo libro, de 2022, fue para conmemorar el 8 de marzo. Se titula Violencia vicaria, la antesala de la muerte, y es producto de otro de los casos que conoció porque su madre lo litigó. “Una de sus clientas llegó llorando. Decía que se quería matar”.

Janeth Alonso se interrumpe para explicar que la violencia vicaria es el daño psicológic­o y emocional que se ejerce en una relación amorosa. Una de sus consecuenc­ias es el suicidio de la víctima. “En el caso que llevaba mi mamá, el abogado del esposo pretendía manipular a los hijos para que testificar­an en contra de su mamá y ella, al sentir que sus hijos le daban la espalda, cayó en depresión y ansiedad y pensaba recurrir al suicidio. En mi libro propongo que nuestras leyes se parezcan a las de España y que se le adicione al artículo 148 del Código Penal la violencia vicaria, o sea, la inducción al suicidio. Por cierto, esta violencia también la padecen los hombres”. Alonso presentó su propuesta a principios de abril en la Cámara de Diputados de Veracruz y a finales de mes en el Congreso de la Unión. “Ojalá algún partido tome la iniciativa, la haga suya y se pueda hacer justicia con las víctimas de este tipo de violencia que nadie ve. Es muy silenciosa”.

Los días hábiles, Janeth Alonso estudia ingeniería. Los domingos, de las 7 de la mañana a las 8 de la noche, derecho. Los sábados no les falla a las scouts. Después de la escuela va al gimnasio a entrenar. Es cinta negra de karate, primer Dan.

Aunque no se ha graduado de ninguna de sus carreras, Janeth Alonso ya tiene dos doctorados en su currículo. Obtuvo ambos en el curso de 2021. Son doctorados honoris causa, uno por el Instituto Mexicano de Líderes de Excelencia y el otro por el Corporativ­o de Inteligenc­ia Educa.

Además, Janeth Alonso estuvo nominada, también el año pasado, para el Premio Nacional de la Juventud y para el Internatio­nal Children’s Peace Prize, que otorga la organizaci­ón Kids Rights, con sede en Ámsterdam. Si bien no lo ganó, su historia quedó entre las primeras 30 del mundo. Este año, Alonso aplicó nuevamente para ambos concursos.

Los planes de Janeth Alonso no son los de cualquier niña que no ha alcanzado la mayoría de edad. Además de titularse, trabaja en un proyecto para la mitigación del cambio climático: “Los científico­s nos dieron sólo siete años para que el planeta colapse. Entonces, este proyecto sobre electrodom­ésticos que funcionen con energía solar pretende contribuir no sólo para la economía de nuestro país, sino a ver por el planeta. También quiero estudiar producción de cine. Ya estoy inscrita para empezar a tomar los cursos en la UVAE. Y si me preguntas por mis planes más a futuro, más a largo plazo, quiero irme a estudiar un posgrado a Canadá o Austria, y después me gustaría llegar a ser embajadora de la ONU para poder ayudar a más personas y a más niños para que logren sus objetivos y para poder hacer algo más por este hogar de todos nosotros que es el planeta”.

-Supongo que quieres estudiar cine para hacer documental...

-Sí. Tampoco voy a quitar el dedo del renglón para que se aprueben las reformas, para que a las mujeres y los niños en situacione­s de divorcio o de violencia se les haga justicia. Aspiro a que tengamos una sociedad tranquila. Yo quiero que mis hijos y mis nietos vivan en paz, en un lugar seguro, y que no tengamos miedo, que anden solos, que vayan a la calle a jugar como lo hicieron antes mis papás y mis abuelos. Ahora es rarísimo que veamos niños jugando en la calle. Es muy raro y es muy triste.

JANETH ALONSO /

EXPLORADOR­A

Los derechos de los niños no son un cuento,

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