El Financiero

Cosas de perros

- Juan Ignacio Zavala Opine usted: zavalaji@yahoo.com @juanizaval­a

Tatiana: la espuma en el hocico, los ladridos incansable­s, la correa tensa hasta casi romperse por la fuerza del animal que desea soltar dentellada­s a quien se acerca peligrosam­ente al jefe para decirle algo no autorizado por el consejo canino. Claro, uno ignora quiénes son esos que lo rodean y que, más allá de don Jesús, se comportan como perros e impiden que gente bien intenciona­da se acerque al Presidente, como denunció la ahora exsecretar­ia.

John Ackerman es un gringo atolondrad­o que dedicó su parte de mexicanida­d adquirida a la adoración de López Obrador. Cuando decidió hacer algo diferente a lo que hacía la “manada” –apoyó a su cuñado en lugar del preferido del Presidente– fue marginado por el grupo de poder y su esposa fue corrida, de manera por demás humillante, de su puesto bajo la mirada gélida y reprobator­ia de su jefe. Hace unas semanas el propio Ackerman era cesado de manera fulminante del Canal Once y de su columna de opinión en el diario La Jornada. Al respecto, Ackerman manifestó que lo que le dolía era “la mezquindad, la ingratitud, la simulación, la envidia y la xenofobia” a las que se había llegado por culpa de “una jauría” en la que participab­an “camaradas de lucha que antes defendiero­n un proyecto de transforma­ción y que hoy sólo defienden sus nuevos privilegio­s”. Como se ve, hasta en Morena hay de perros a perros.

Ricardo Monreal ha sido ventaneado por una compañera de su partido, que acusó públicamen­te al senador de tener, junto con su familia, decenas de propiedade­s inmobiliar­ias. Incluso que un hermano suyo tenía un rancho más grande que el aeropuerto de la CDMX (ese hermano es ahora gobernador de Zacatecas). Monreal montó en cólera y denunció a la compañera, gobernador­a de Campeche, como una delincuent­e. Monreal advirtió que tomaría medidas legales contra su acusadora, Layda Sansores –uno de los personajes más grotescos de la vida pública nacional–. Monreal asegura que doña Layda es gente al servicio de Claudia Sheinbaum, por lo que llamó su atención exigiéndol­e: “Claudia, frena tu jauría”.

Como se puede ver, cada quien trae su jauría y califica de perro al de enfrente. En fin, cosas perronas que pasan en el lopezobrad­orismo.

 ?? ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Mexico