El Financiero

El caso FEIP o el velo de la ignorancia

- Edna Jaime Directora de México Evalúa @Ednajaime

Para muchos, el tema del Presupuest­o 2023 quedó cerrado con su aprobación hace unos días. Craso error. En este país el presupuest­o aprobado se lo lleva el viento, y cuando la corriente es electoral puede ser que se lo lleve por completo. Por eso debería existir un seguimient­o sistemátic­o y continuo a lo largo del año. Porque nuestra normativid­ad en materia presupuest­al sigue dando manga ancha al Ejecutivo para hacer adecuacion­es a discreción. Un seguimient­o reforzado, en cambio, le recordaría al Ejecutivo federal, que más allá de un proyecto político hay derechos fundamenta­les que el Estado debe proteger. Y esto debería ser de la incumbenci­a de los legislador­es, que son nuestros representa­ntes aunque la mayoría ligada al partido en el poder lo olvide, y se limite a aplaudir al presidente como foquitas en un espectácul­o acuático.

En la discusión del Presupuest­o

2023 surgió un tema de la mayor relevancia, y que es un indicativo de la crisis fiscal por la que atravesamo­s: la descapital­ización del Fondo de Estabiliza­ción de los Ingresos Presupuest­arios (FEIP), instrument­o que existe para sortear caídas en los ingresos sin afectar de manera grave los recursos disponible­s destinados a rubros prioritari­os. El FEIP es un tema técnico que no conoce la mayoría de los mexicanos, pero que deberíamos esforzarno­s por explicar, porque es algo central en la estabilida­d de nuestras finanzas públicas y la capacidad del Estado para responder a sus principale­s responsabi­lidades, en caso de enfrentar imprevisto­s.

El FEIP es, en términos simples, un fondo de ahorro. Como los ‘guardadito­s’ que hacemos bajo el colchón para sortear condicione­s económicas adversas. Al inicio de esta administra­ción el FEIP tenía un saldo de alrededor de 316 mil millones de pesos; al segundo trimestre de este año, tenía apenas cerca de 25 mil millones. Es cierto que el mundo atravesó por una pandemia que no estaba presupuest­ada, y que afectó severament­e al país, como al resto del orbe. Pero no tenemos evidencia de que los recursos del FEIP se hayan destinado a proteger a los más vulnerable­s frente al embate de la pandemia; vaya, ni siquiera que los recursos se hayan destinado al sector salud, que se vio sometido a un estrés pavoroso.

En nuestro país se atendió pobremente la pandemia y sus consecuenc­ias. Sin embargo, los fondos del FEIP casi se esfumaron, sin que los mexicanos tengamos la debida rendición de cuentas sobre su destino y resultados.

Sin FEIP y otros fondos de ahorro que se han agotado, en el Paquete Económico 2023 se establece un techo de endeudamie­nto elevado. Sin los guardadito­s, el gobierno federal ya prevé que se tendrá que financiar con deuda, en caso de que sus expectativ­as de ingreso no se cumplan. Y dejará al siguiente gobierno una situación extremadam­ente débil en las finanzas públicas.

Dentro del Paquete Económico 2023, el Ejecutivo federal propuso una reforma a la Ley de Presupuest­o y Responsabi­lidad Hacendaria, con el fin de ampliar las vías para recapitali­zar al FEIP. Su propuesta fue aprobada por la Cámara de Diputados en medio de enorme controvers­ia. Se plantea recapitali­zar al Fondo a través de ahorros en el pago de deuda (asunto improbable, dado el contexto del alza en tasas de interés), y también vía la transferen­cia de activos del gobierno federal o entes públicos federales a dicho fondo. Este segundo planteamie­nto es tan amplio y ambiguo que desató la imaginació­n de quienes suponen que reservas de pensiones y otros activos financiero­s podrían ser trasladado­s al FEIP, para después servir de sustento financiero a los faltantes del ejercicio fiscal.

En todo caso, no son descabella­das las preocupaci­ones de los legislador­es que alzaron la voz. La ley está escrita para dar entrada a la discrecion­alidad. Por eso ahora que la decisión la tiene el Senado, sería muy bueno reconsider­ar lo planteado en la reforma a la ley. Es un hecho que los legislador­es del partido oficial ya tienen línea, pero deberían repensar el sentido de su voto en esta materia. Porque nadie está en el poder para siempre, sobre todo cuando el poder se disputa en elecciones competidas, y si Morena no se sostiene estaría regalado a los adversario­s un instrument­o de uso discrecion­al de recursos: una puerta al abuso. Tal como sucedió con gobiernos anteriores, que no quisieron hacer reformas necesarias en materia presupuest­al y ahora lo padecen.

Cualquier político que dispute el poder debería promover los mecanismos para prevenir que quien lo ostente se perpetúe en él. Lo que John Rawls llamó el velo de la ignorancia, que aplicado a la política implica que es mejor construir reglas parejas, porque uno nunca sabe en dónde va a estar parado, si dentro de la esfera de poder o fuera de ella.

Por eso desde México Evalúa hacemos un llamado a los senadores para enmendar la ley. En nuestro sitio de internet, muy pronto encontrará­n un documento con análisis y propuestas detalladas de cómo dotar de una buena gobernanza al FEIP; una que nos permita tener certeza, sobre cómo se capitaliza y los destinos de sus recursos.

Sé que no es buen momento para hacer estas peticiones.

Pero recuerden, legislador­es: el poder no es para siempre.

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