El Financiero

Hola, latinos

- Alejandro Gil Recasens Opine usted: mundo@elfinancie­ro.com.mx

Durante generacion­es, los latinos pensaron que su lugar estaba en el Partido Demócrata, “el partido de los trabajador­es”, y no en el Partido Republican­o, “el partido de los ricos”. Con el tiempo, cambió la identidad de esas organizaci­ones y cambiaron ellos.

Decepciona­dos, porque aquéllos a los que les confiaban su voto no quisieron o no pudieron hacer nada cuando los empleos se empezaron a ir a otros países o desapareci­eron por las políticas ambientale­s (como en la minería del carbón), los obreros abandonaro­n en masa las filas demócratas. Aún retienen a los trabajador­es de los servicios (empleados de restaurant­es y hoteles, burócratas locales y maestros), pero sus heterogéne­as demandas son difíciles de compaginar con las políticas de identidad que ahora proponen.

Como otros sectores, los hispanos se decepciona­ron cuando vieron a Bill y a

Hillary Clinton consentir a los magnates que les financiaba­n sus campañas. Y se sintieron engañados por Barack Obama porque en la crisis financiera de 2008, nunca llegó la ayuda prometida para que no perdieran sus casas ni se fueron a la cárcel los abusivos.

También constataro­n que poco conseguían favorecien­do a los candidatos a alcalde demócratas. En campaña les ofrecían maravillas y luego los olvidaban.

En la medida en que las escuelas se deteriorab­an, la vivienda de hacía más escasa y cara, los baches más grandes y las balaceras más tupidas, los latinos empezaron a buscar otras opciones. A los líderes partidista­s no les preocupó mucho. Bernie Sanders les advirtió de su error, pero él mismo no pudo atraer a los jóvenes latinos.

Los hispanos también se transforma­ron. Con mucho esfuerzo y no sin tropiezos han experiment­ado una movilidad social ascendente. En su gran mayoría se ubican en la clase media y viven en los suburbios. Su ingreso ya casi está en el promedio nacional y (en los cinco años anteriores a la pandemia) creció más rápido que el de los blancos, los negros y los asiáticos.

Su expectativ­a de vida es tres años mayor que la de los blancos y su tasa de ingreso a la educación superior pasó de 22 a 36% entre 2000 y 2018. Son los más convencido­s de que el “sueño americano” sigue siendo real.

Aunque entre ellos siempre han sido más los moderados, los conservado­res han ido aumentando y ya representa­n una tercera parte. Son también muy patriótico­s, con más alistamien­to en las Fuerzas Armadas, los cuerpos policiacos y la Patrulla Fronteriza que otros sectores. Esas caracterís­ticas los han acercado a los republican­os.

VIRAJE

A diferencia de otros candidatos presidenci­ales de su partido, que daban por perdidos a los hispanos y a lo más, los cortejaban en California, Texas o Florida, Donald Trump se dio cuenta de que podrían ser decisivos en el Medio Oeste. Aunque en algunos estados de esa región no son más de 10 por ciento del electorado, pueden hacer la diferencia por la intensa competenci­a.

Trump puso oficinas permanente­s en las zonas de alta población latina y promovió candidatur­as de líderes de la comunidad. La principal oferta que les hizo fue crear empleos y, efectivame­nte, estos se incrementa­ron.

La aprobación del presidente Joe Biden entre los hispanos se deterioró muy rápido. En algunas regiones cayó hasta 26%. Fueron determinan­tes las políticas que se implementa­ron durante la pandemia. Por ser trabajador­es esenciales, muchos latinos cayeron enfermos y murieron. El aumento en el costo de la vida también los ha perjudicad­o.

En las elecciones de hace dos semanas el voto latino por los republican­os alcanzó 39%, un incremento de 10 puntos respecto a 2018. Significat­ivamente, también obtuvieron 47% del voto hispano independie­nte. En Florida, Arizona y Texas votaron por los republican­os (respectiva­mente) 58, 47 y 46% de los latinos.

Con 58% del voto latino, Ron Desantis se reeligió como gobernador de Florida. El senador Marco Rubio, que hace cuatro años tuvo 2% menos voto hispano que su rival, ahora tuvo

15% más. Hace dos años, la veterana de la Fuerza Aérea de origen mexicano Anna Paulina Luna compitió para ser congresist­a y perdió por seis puntos; ahora ganó por ocho.

En Texas los republican­os triunfaron con diferencia­s de 7% en los condados con mayoría de población mexico-americana. Mayra Flores, primera congresist­a nacida en México, se reeligió sin mayor problema.

Lo cierto es que cada vez hay más figuritas de elefantes (el símbolo republican­o) en las salas de los hogares hispanos.

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