Con el tiempo encima
Amenos de una semana de que la administración López Obrador inicie su quinto año, sus seguidores pueden decir que ha hecho mucho, pero sus críticos también le recuerdan reiteradamente que le falta más por hacer. Lo ideal sería que la primera visión fuese real. El país sería otro.
Porque, incuestionablemente, hay grandes asignaturas pendientes que nadie puede negar y que requieren de una solución inmediata. Aún se deben enfrentar graves problemas de inseguridad, salud, distribución y acceso a medicamentos. Se tiene que hacer más contra la corrupción y la distribución del ingreso; se requiere generar confianza y credibilidad para atraer más inversiones que generen nuevas fuentes de empleo de largo plazo.
¿Cuánto podrá avanzar en esas líneas el presidente Andrés Manuel López Obrador en el tiempo que le queda para concluir su sexenio?
El Proyecto de Nación que ofreció, comprendía compromisos que despertaron el interés en millones de ciudadanos como nunca. Le creyeron y lo llevaron a la primera magistratura con una histórica cantidad de sufragios.
Con la enorme esperanza que despertó en su tercer y último intento por ser presidente de México, parecía que podían quedar atrás décadas de desigualdad, injusticia, arbitrariedades, abusos, simulación, manipulación, explotación y atracos con los fondos públicos.
Como el nombre de su partido lo dice, Regeneración Nacional invitaba a pensar y a actuar; sería el fin último del poder que se depositaría en sus manos. El diagnóstico sobre la problemática nacional era muy claro; las líneas de acción también.
El presidente y sus colaboradores sostienen frecuentemente que ha habido mucho progreso en todos esos rubros; los estudios, estadísticas, análisis y los resultados, no coinciden en muchos casos.
Los números, incluso los oficiales, reflejan una realidad muy distante y muy distinta de lo que muchas veces se asegura en el discurso oficial.
Referir esto, como lo hacen tantos de manera recurrente dada su importancia, no es estar en contra; significa hacerlo notar para tratar de incidir en su eventual solución.
Sin resignación, reproches ni lamentos, lo que se debería hacer es seguir trabajando en resolver los grandes problemas nacionales, apelando a nuevas y distintas alternativas para su pronta solución.
En esa vertiente, es indispensable que en los próximos 24 meses se muestre voluntad y disposición que sea notoria y perceptible. Los logros deben hablar por sí mismos.
A seis días de comenzar su penúltimo año de gobierno y con una sucesión adelantada y desbocada, convendría hacer una pausa para la reflexión y el análisis. De no ser así, se podrían presentar mayores dificultades para la gobernanza y la gobernabilidad.
La indudable capacidad para ejercer el poder que tiene el presidente, si bien debe estar enfocada a ajustar y orientar lo mejor posible su relevo, no debe soslayar las exigencias que demanda la sociedad.
Esto, inevitablemente, se convertirá en un factor para el candidato o la candidata presidencial de Morena; las buenas o malas cuentas que entregue el gobierno, obligadamente incidirán en el resultado de las elecciones de 2024, aun cuando hasta el momento no existe un contrincante fuerte en la oposición que pudiera hacer competitiva la contienda.
El tiempo está en contra; es indispensable evitar que las grandes expectativas que se generaron al inicio de la administración, deriven en una nueva desilusión.
Sotto Voce.– Que la relación Monreal-amlo está más que definida; pero que se hará pública después de las fiestas decembrinas... Qué lamentable que la mayoría de los gobernadores, principalmente los que entraron en 2021 con la bandera de austeridad, honestidad y humildad de Morena, tengan una estructura de seguridad mayor que la del presidente y hagan ostentación de ella tanto en actos oficiales como en su vida cotidiana. ¿Estará enterado su jefe?