SINGAPUR DESPENALIZA EL SEXO ENTRE HOMBRES; PONE TRABAS A LAS BODAS
El líder demócrata en el Senado afirma que por esa decisión fue “un día importante”
Derechos. El Parlamento de Singapur despenalizó las relaciones sexuales entre hombres, pero, en un golpe a la comunidad LGBTQ+, también modificó la Constitución para impedir la legalización del matrimonio entre personas del mismo sexo.
Con apoyo de demócratas y republicanos, el Senado de Estados Unidos aprobó anoche una legislación histórica que refuerza las protecciones federales para los matrimonios entre personas del mismo sexo, a pesar del rechazo de la mayoría de la bancada conservadora.
Impulsada por los demócratas, la Cámara alta aprobó, con 61 votos a favor y 36 en contra, la denominada Ley de Respeto al Matrimonio luego de intensas negociaciones a lo largo de varios meses y antes de que asuma la próxima legislatura en la primera semana de enero, cuando tomará posesión la nueva mayoría republicana en la Cámara de Representantes.
“!Qué gran día!”, exclamó desde la tribuna del Senado el líder de los demócratas, el senador por Nueva York, Charles Schumer. “Para millones y millones de estadounidenses, hoy es un día importante. Un día que ha tardado mucho en llegar… estamos dando un paso trascendental hacia una mayor justicia para los estadounidenses LGBTQ”.
La legislación representa un antídoto legal en caso de que la Suprema Corte de Justicia, de mayoría conservadora, derogue la jurisprudencia del caso Obergefell vs. Hodges, de 2015, bajo el cual se garantizó el derecho a contraer matrimonio como una de las libertades fundamentales que se aplica a las parejas del mismo sexo de la misma manera que a las parejas del sexo opuesto.
Pero la nueva ley no obligaría a ninguno de los 50 estados del país a validar que las parejas del mismo sexo se casen, salvo que reconozcan todos los matrimonios que eran legales donde se realizaron y protegieran las uniones actuales entre personas del mismo sexo en caso que se disuelva la jurisprudencia de Obergefell vs. Hodges.
La ley derogaría de facto la Ley de Defensa del Matrimonio de 1996, que definía a esta institución como “la unión de un hombre y una mujer”, y autorizaba a los estados a desconocer los matrimonios entre personas del mismo sexo.
Por presiones de los senadores republicanos, la nueva ley incluyó protecciones para la libertad religiosa, pero eso provocó, en parte, que la versión final del proyecto de ley detonara divisiones entre los grupos religiosos estadounidenses que se oponían al matrimonio entre personas del mismo sexo.
La Conferencia de Obispos Católicos de Estados Unidos y la Convención Bautista del Sur se opusieron de manera categórica a la ley debido a sus puntos de vista sobre la sexualidad, mientras que la ley fue apoyada por algunos agrupamientos cristianos y por la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días por considerar que representa un equilibrio entre los derechos de las parejas LGBTQ+ y la libertad religiosa.
Técnicamente el proyecto de ley debe aún ser enviado a la Cámara de Representantes y aprobado antes de que pueda ser enviado al presidente Joe Biden para su promulgación, pero se trata de una formalidad toda vez que cuenta con el apoyo de la mayoría de demócratas.