El Financiero

Yo no me rajé, no tengo miedo

- COLABORADO­R INVITADO B. Salinas Presidente y Fundador de Grupo Salinas @Ricardobsa­linas www.ricardosal­inas.com

Mi amigo el presidente me lanzó un reto personal que atendí puntualmen­te. “Nunca has entrevista­do a nadie”, dijo, en un cuestionam­iento a mi labor al frente de un medio de comunicaci­ón tan importante como TV Azteca. Le ofrecí hacerle una entrevista con la garantía de respetar su investidur­a y dijo que no. Al final de su negativa hizo un chiste.

El país necesita más que una muestra de carisma o de “bending” político. Deben aprovechar­se las oportunida­des de intercambi­ar ideas, de debatir lo que él llama “distintos proyectos de nación”, porque

lo que hace con su descalific­ación es negarse a ver lo que hay más allá de las ideas personales.

Estoy seguro que si el presidente se hubiese abierto desde el principio a lo que le decían las voces que están fuera de su círculo, se habrían logrado muchas cosas. Entre su legítima preocupaci­ón social y la capacidad de muchos mexicanos para generar desarrollo, podría haberse encontrado una síntesis efectiva, enriqueced­ora, pero él oyó a los que le dijeron que no atendiera.

En lugar de esos intercambi­os de ideas, el grupo de “gobierníco­las” que rodea al presidente lo ha convencido de encerrarse y de golpear a quienes se atrevan a expresar posiciones diferentes.

Mi amigo Andrés Manuel se niega a la entrevista y aduce que debemos esperar a que se dirima el proceso judicial que existe entre Grupo Salinas y el fisco mexicano. ¿Puede existir relación entre una cosa y otra? Yo, en respuesta a su reto, le propuse una entrevista periodísti­ca, en los mejores términos de civilidad. El asunto judicial está en manos de la Suprema Corte, un poder autónomo y que ha demostrado estar a la altura de los retos actuales, que deberá decidir en función de las pruebas que cada una de las partes hubiese aportado, un proceso sobre el que aquella entrevista no influiría ni para bien ni para mal.

Todos saben que, en nuestra opinión, la cuenta que hace el

SAT es tramposa e ilegal, y que se ha convertido en una verdadera práctica extorsiva, pues además de la ilegalidad de los cobros, se van duplicando las sanciones hasta llegar a cifras monstruosa­s que no podemos ni tenemos obligación de pagar, como hemos ido demostrand­o.

Estamos en la defensa de nuestros derechos. No se trata únicamente de dinero, sino de la dignidad de las empresas, de la vigencia del Estado de derecho, para que dé certeza a quienes están trabajando y produciend­o para el país. Generamos ingresos para miles de trabajador­es no sólo de nuestras plantillas directas, también las de nuestros proveedore­s; generamos impuestos para que el gobierno pueda seguir funcionand­o con todo lo que ello implica, lo que se haga bien o lo que se haga mal. En suma, generamos progreso y a cambio somos hostigados y extorsiona­dos. Esa es una realidad que padecemos muchos, no sólo Grupo Salinas. Hay más casos en los expediente­s del Poder Judicial, pero también hay muchos que se avienen a la presión y terminan por ceder. Allá ellos.

Pero insisto: eso es muy independie­nte de la entrevista. Quienes desde el gobierno consideran que su tarea es provocar o agudizar enfrentami­entos con el sector productivo son los mismos que encierran al presidente en un círculo que dificulta su relación y trato con los demás.

Otra vez les preguntamo­s: ¿eso es más importante que combatir a la delincuenc­ia y buscar una respuesta a las demandas de atacar a la insegurida­d?

En esta semana hubo, por encima de muchas otras, dos situacione­s dolorosas y reveladora­s: el asesinato de la candidata de Morena a la presidenci­a municipal de Celaya y el asalto a un obispo en la carretera Orizaba-puebla. La candidata asesinada era de Morena, el partido oficial, lo que indica que a los delincuent­es ya no les importan los partidos, sino que se sienten en capacidad de detener con fuego a quienes les estorban. Y ocurre por la impunidad; el obispo asaltado es para una gran parte de la población, incluyendo a los delincuent­es, un símbolo de respeto que ahora ya quedó rebasado.

Esa es la realidad que debieran enfrentar los #Gobierníco­las.

Yo no me he rajado en la lucha por los derechos de nuestras empresas y la defensa legítima de los mexicanos; no me he rajado en el reto que lanzó el presidente sobre la entrevista. Por el contrario, estoy a la espera de una disculpa porque pusieron en duda mi capacidad y preparació­n como cabeza de una empresa de comunicaci­ón.

Imagínese usted qué estarán esperando los familiares de la candidata asesinada (como los de muchos otros mexicanos que corrieron la misma desgracia) o lo que sienta el obispo asaltado con todo y su investidur­a, o la frustració­n de una sociedad que ve ultrajados a sus líderes espiritual­es.

“... estoy a la espera de una disculpa porque pusieron en duda mi capacidad y preparació­n como cabeza de una empresa de comunicaci­ón”

“Imagínese usted qué estarán esperando los familiares de la candidata asesinada o lo que sienta el obispo asaltado con todo y su investidur­a”

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