‘Yo quiero descansar, quiero irme con Dios’
» Víctima de una depresión mayor, menor ingirió gran cantidad de pastillas controladas
TORREÓN.- “Yo quiero descansar, quiero irme con Dios”, les dijo “E” a las enfermeras, psicólogas y psiquiatra que la trataron en el Hospital General de Torreón, luego de atenderla porque supuestamente intentó suicidarse hace unos días. “E” tiene seis años y es el caso de intento de suicidio de menor edad que se tenga registro en Coahuila.
“Son seis años, una niña”, dice todavía asombrado el doctor Jaime Ortega Rodríguez, director del Hospital General de Torreón, donde fue internada la menor. Según el lavado gástrico que se le realizó, “E” ingirió pastillas de atorvastatina (disminuye niveles de colesterol) y clonazepam (relajante).
La reconstrucción de hechos de la Procuraduría de los Niños Niñas Familia (Pronnif) indica que la menor estaba al cuidado de la bisabuela, quien toma dichos medicamentos, cuando en la noche del 16 de febrero la encontraron acostada y a un lado un frasco abierto con pastillas tiradas, siendo llevada a la Cruz Roja.
“Así como la reciben, la trasladan al Hospital General. En la Cruz Roja no hay ninguna referencia de intoxicación ni ninguna toma de muestra”, cuenta José Julián Vázquez, delegado de la Pronnif en La Laguna.
Según los registros del Hospital General, la niña llegó a urgencias, donde el director Jaime Ortega asegura que arribó con el problema de intoxicación.
La niña fue canalizada al Centro de Salud Mental, donde una psiquiatra le diagnosticó depresión mayor con síntomas psicóticos e ideas de muerte. Tiene seis años y ya está en el estatus de paciente psiquiátrico.
Medidas de protección
La Procuraduría de los Niños Niñas y Familia decidió que no retirará a la menor de su hogar y se basó en atender la situación psiquiátrica de la niña. Para eso, dictó medidas especiales de protección a la menor.
Una es que la mamá y abuela acudieran al Centro de Atención e Integración Familiar o bien con el especialista indicado a efectos que le indiquen los tratos que deben de darse de manera especial para con la niña. Que el psicólogo o psiquiatra doten a la familia de herramientas.
Otra medida es que la niña acuda a las citas que le programe el Centro de Salud Mental y que se den de mane- ra pormenorizada y se cumplan las observaciones.
Además, otra medida es que bajo el contexto que la niña no acudía a la escuela, cuando por la edad debiera estar en primero de primaria, se acordó que la niña fuera canalizada al Centro de Atención Múltiple para que los especialistas determinaran si requería una educación especial atendiendo su problema psiquiátrico o en su defecto, atender una educación normalizada.
Se hizo la intervención de primera instancia, por los años y la tendencia a querer morir llama la atención. Ella mencionaba que quería estar en paz”. JAIME ORTEGA RODRíGUEZ Director del Hospital General Torreón