El Guardián

Una ‘maistra’ de las buenas pa’ las ranflas

» María Guadalupe heredó el taller mecánico de su padre en la colonia Ojo de Agua y tiene más clientes de lo que alguna vez imaginó

- Daniel Revilla

Un conocido mecánico de la colonia Ojo de Agua que era apodado “El Trenzas”, heredó el oficio a su hija, quien desde pequeña se interesó en las labores automotric­es y ahora mantiene con orgullo el negocio familiar con el que provee las necesidade­s de sus hijos.

María Guadalupe Rodríguez Flores, “La Trenzas”, es una mujer de oficio eléctrico-automotriz, que luego de la muerte de su padre se vio obligada a continuar con su legado, en el taller eléctrico que se ubica en la colonia Ojo de Agua.

“A mí me gustaba mucho desde que veía a mi papá arreglando los carros, yo me acercaba a él a ver que se me pegaba, porque él nunca me quiso enseñar, siempre quiso que yo estudiara una carrera”, dijo Lupita.

La vida de Lupita, como también es conocida en el barrio antiguo, siempre fue dentro del taller mecánico, pues su padre tuvo los negocios a un costado de la vivienda, por lo que siempre veía la labor de “El Trenzas”.

Hace 15 años, la enfermedad de su padre la obligó a incursiona­r en el oficio, ayudándole a su esposo, quien trataba de sacar el trabajo para poder obtener los recursos necesarios para la enfermedad de su suegro.

“Mi familia me apoyó, tengo dos bebés, una de cinco años y un niño de un año y cinco meses, la niña es la que me ayuda, siempre anda conmigo, me pasa las herramient­as y observa cómo trabajo”, indicó María Guadalupe.

Cuando el reloj marca las 06:30 horas, Lupita inicia sus actividade­s, alistando a su familia para después abrir el taller y comenzar el trabajo, con ayuda de sus “chalanes”, que le permiten despejarse me siento bien con eso, me halaga”.

El éxito de una mujer al frente de un taller automotriz ha obligado a Lupita a pensar en grande, pues el terreno donde se ubican ya resulta insuficien­te y las necesidade­s del cliente no solo son eléctricas, por lo que espera abrir la zona de mecánica, en la que trabajarán su esposo y sobrino.

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Años LEGADO. Pese a que el padre de Lupita no quería que su hija se involucrar­a en la mecánica, no tuvo más que enseñarle para que pudiera sacar adelante el negocio.
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 ??  ?? ENTRONA. Las clientes de “La Trenzas” se quedan asombradas con su labor y es que hay muy pocas mujeres dedicadas a un taller.
ENTRONA. Las clientes de “La Trenzas” se quedan asombradas con su labor y es que hay muy pocas mujeres dedicadas a un taller.

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