UNA TRAS OTRA... Y NADA
Quiero decirle una mala noticia, ¡ya nos vamos!”, con esas palabras se despidió Paco Stanley al final de la emisión de su programa “Una tras otra”. Era 7 de junio de 1999. El mensaje no tenía nada de particular. Era lunes apenas y al tratarse de un show semanal al siguiente día estaría de vuelta en las pantallas mexicanas. Pero eso no pasó. Una hora después, alrededor del mediodía, sería asesinado a balazos. Murió a las 12:08. “Una tras otra” llevaba medio año al aire mientras que su show sabatino “Sí hay... y bien” apenas tenía tres emisiones. En esa última emisión del lunes el conductor habló sobre el crimen en el país: “¡Hay que acabar con las ratas!”, comentó para después invitar a los televidentes para acabar con esa plaga.
Aquel fatídico día
Stanley terminó el programa y salió a comer con Bazares, Gil y Paola Durante, también colaboradora en el programa, a “El charco de las ranas”, un restaurante en Benito Juárez. Stanley y Gil salieron primero del restaurante y subieron a la camioneta Lincoln Navigator, Bezares se quedó en el baño. Minutos después, un hombre vestido de traje se les acercó y disparó con una ametralladora. Gil fue herido en una pierna, mientras que el agente de seguros Pablo Hernández, que pasaba casualmente por el lugar, murió al ser alcanzado por una bala perdida; su esposa y un acomodador de autos también resultaron lesionados. Luego el pistolero cruzó la avenida por un puente peatonal, se subió a un auto que lo esperaba del otro lado y huyó. Cuatro balazos en la cabeza tenía Stanley.
Metido en el narco
El asesinato de Stanley no se ha resuelto, y las teorías sobre qué pasó pululan: van desde celos profesionales hasta ajustes de cuentas. Por una fuerte deuda económica, Luis Ignacio Amezcua “El rey de las metanfetaminas” habría planeado el asesinato junto a Erasmo Pérez Garnica “El Cholo”. Además, Mario Bezares, a cambio de “ubicar a la víctima”, saldaría su deuda con Amezcua y al mismo tiempo se libraría de un préstamo que le había hecho Stanley. Según la procuraduría capitalina, existía una estrecha relación de Amado Carillo “El señor de los cielos” y Stanley. Otra de las teorías tienen que ver con los “chistes” que realizaba el conductor. Durante años, las bromas que Stanley hacía en la televisión respecto a la esposa de Bezares eran recurrentes, incluso se llegó a especular que el hijo de Bezares en realidad era de Stanley. Hubo quienes pensaron que Bezares conspiró para matar a Stanley. Los estudios periciales establecieron que Stanley presentaba lesiones en las fosas nasales, traía cocaína en el momento del atentado y en su vehículo se encontró un molino que se utiliza para pulverizar la droga.
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