EL CÁNCER TIENE VÍA LIBRE EN LA LAGUNA
» Los niveles de arsénico en el agua de la Laguna rebasan el 100% de lo que permiten las normas ambientales. Esto se traduce negativamente en la salud y resulta en la extinción de pueblos aledaños a pozos. La negación de las autoridades ante el problema y el abandono de los filtros fue documentada por EL GUARDIÁN.
Mientras cuenta los muertos, doña Mati camina a paso lento por las calles polvorientas y sofocantes de Finisterre... Esas ruinas, dice, y señala una choza de adobe en el centro del poblado, eran la casa de una señora que ya falleció.
Le amputaron las piernas, a raíz de lo del hidroarsenicismo, porque el arsénico es como una termita que se aloja en las extremidades.
Se llamaba Gabina García.
En la casa verde vivía un matrimonio: el señor Telésforo López y su esposa, la señora Julia Rodríguez Nery. Hace un año, o año y medio, que murieron.
Tenían manchas en la piel. También la señora María Sandoval Casillas, esa que vivía allá, por las galeras. A ella la hicieron una biopsia porque ya le supuraban las manchas y despedían fétidos olores. Padecía de cáncer. Se murió.
Y en la casa aquella que está por el panteón, esa que ya se está cayendo, vivía don Manuel Donato Mejía.
Aquel viejito que tenía el cuerpo todo lleno de manchas cafés y negras, una sobre la otra. Ya murió.
“Él me decía, ‘ay muchacha, tú todos los días vienes a verme, pero va a haber un día en que ya no me vas a encontrar’, y desgraciadamente así fue. Dios nuestro Señor bajó la mano y se lo llevó a su lado”, dice doña Mati, por no decir que el cáncer de piel que le resultó a don Manuel de tomar agua contaminada con arsénico durante años, lo mató.
Y aunque las autoridades aseguran que el hidroarsenicismo en Finisterre, como en el resto de la Región Lagunera, ya no es tanto, doña Mati no lo cree.
Hace algunos años que a ella también empezaron a brotarle unas machas cafés en la espalda.
La doctora le dijo que podía ser a raíz del agua que consumían en Finisterre.
Matilde Suárez Rivera, la asistente de salud de Finisterre, municipio de Francisco I, Madero, Coahuila, famoso por su agua con altas concentraciones de arsénico, llegó aquí hace 37 años, cuando la gente tomaba agua, o mejor dicho arsénico, de una vieja noria que está a la salida de la comunidad.
Cuenta Mati, en el solar de su casa de Finisterre, se sube la blusa por la espalda y enseña unas manchas parduzcas como continentes que se extienden a lo largo de su espinazo.
La señal inequívoca y fatal del cáncer.
También a don Eusebio López Bernal, el anciano que vive al lado de la casa de doña Mati, le han salido ya manchas en la espalda; y a don Martín López, el esposo de Rosy, ese que vive en la casa aquella pasando la carretera.
“Yo digo que ésa es y debe ser la prioridad del Gobierno del Estado, del Gobierno Federal, del Municipal, de poner atención en las cuestiones de salud”, dice doña Mati.
Historias como éstas abundan en todos los rincones de la Comarca Lagunera, sin que las autoridades de los diferentes niveles de gobierno hagan algo para solucionar, de manera eficiente, el problema del hidroarsenicismo en esta comarca, ocasionado por la sobreexplotación de los mantos acuíferos.
Ejemplo de ello son las llamadas plantas potabilizadoras para la remoción de arsénico a pie de pozo, también llamadas filtros antiarsénico, que fueron avalados por el Instituto Mexicano de Tecnología del Agua, (IMTA), instaladas a instancias de la Conagua y entregadas a los sistemas de agua municipales en la zona urbana y rural de Torreón, Madero, Matamoros y Viesca, Coahuila a principios de esta década, y algunas de las cuales se encuentran sin funcionar y en total abandono.
Con base en un reporte emitido por la Comisión Estatal de Aguas y Saneamiento, en la Laguna de Coahuila se instalaron 29 plantas potabilizadoras para remoción de arsénico a pie de pozo, con una inversión de 267 millones 976 mil 074 pesos.
En una visita realizada por EL GUARDIÁN a 12 de las 29 plantas que costaron el erario público entre 5 y 12 millones de pesos, se pudo constatar
el olvido y, en algunos casos, el deterioro que presentan estas obras.
Juan Carlos Parga Torres, presidente del Comité Ciudadano por la Calidad y Cantidad del Agua en la Laguna, calificó este hecho como “un gran fraude en contra de la salud de los habitantes de la Región Lagunera”.
Es el caso de la planta ubicada en el pozo 79 que se localiza en el Fraccionamiento Lagos, de Torreón.
Estos filtros metálicos lucen completamente oxidados, convertidos en chatarra, en fierro viejo. Son como cilindros parecidos a cohetes espaciales, que deberían estar conectados mediante tubería al pozo que abastece a esta colonia para limpiar el agua de arsénico.
De acuerdo con datos obtenidos mediante la solicitud de información 00517219hecha a la Comisión Estatal de Agua y Saneamiento (Ceas), en este filtro para la eliminación de arsénico, cuyo órgano ejecutor fue la Conagua y que según el inventario de la Ceas ya está terminado, se erogaron 8 millones 16 mil 895 pesos.
Aquí cabe señalar que el Fraccionamiento Lagos se encuentra en una zona de Torreón donde las concentraciones de arsénico han alcanzado por años los 0.045 o 0.050
microgramos de arsénico por litro, las más altas de toda la ciudad, superando casi al doble los 0.025 microgramos por litro que establece la Norma Oficial Mexicana NOM-250SSA1-2014.
Entrevistado al respecto Mauro González Montoya, gerente técnico de SIMAS Rural, órgano del gobierno del estado responsable de la operación de ésta y otras plantas en localidades de Torreón, Matamoros y Viesca, señaló que en su jurisdicción existen otros dos casos de filtros cuyos trabajos han quedado inconclusos y las obras abandonadas: uno en el Ejido Ana y otro en la comunidad de Venustiano Carranza, municipio de Viesca.
“Tenemos aquí unos filtros que nos dejaron empezados y ya no volvieron. Uno en el pozo del Ejido Ana, el del pozo Lagos y otro en Viesca, esos tres. Que iban a instalar los filtros y no, los dejaron empezados nada más. Por ejemplo en el Ejido Ana empezaron las excavaciones, llevaron material, varilla y todo para iniciar con las planchas, los desplantes y ya, hasta ahí. En el pozo Lagos pusieron unos tanques, hicieron una caseta y fue todo. En Viesca empezaron a hacer excavaciones, pero nada más”. ¿Cuándo iniciaron estos trabajos? A principios de 2018, de repente ya no volvió nadie, ya no vimos a nadie… Les avisé a los de CNA y dijeron que iban a ver qué había pasado con los contratistas, pero nada.
Una de las plantas que permanecen en calidad de elefante blanco en medio de la nada, es la situada a la salida de Francisco I. Madero, Coahuila, justo a la orilla de la carretera que va a San Pedro de las Colonias, en el pozo llamado Caballo Blanco, cuya inversión, según cifras oficiales, fue de 6 millones 605 mil 965 pesos.
Este filtro no está conectado a la red y en sus instalaciones, resguardadas con malla ciclónica, tampoco se observan vigilantes ni personas operando el sistema nombrado de filtración directa con cloruro férrico.
EL GUARDIÁN buscó a Abel Ramírez, el gerente general de SIMAS Madero, para que diera su versión sobre el estado de cosas que guardan las cinco plantas potabilizadoras para remoción de arsénico que fueron instaladas en este municipio con autorización de la CONAGUA y cuyo valor supera los 45 millones de pesos:
“Los filtros de arsénico no los estamos usando. Desde que llegamos la instalación ha estado mal hecha…. A parte los consumos excesivos de electricidad… ¿Por qué? Al momento de usar los filtros usamos otros motores, los cuales nos van a causar más consumo de electricidad.
¿Y con qué están eliminando el arsénico de Madero entonces? Cloramos el agua…
Lo mismo sucede con las plantas establecidas en los pozos
3 y 4 de Matamoros, Coahuila, que a más de un año de haberse construido están inconclusas y sin funcionar.
Pese a que históricamente los análisis del agua de estos pozos, realizados por el propio SIMAS, han arrojado concentraciones de arsénico de hasta 0.050 microgramos por litro, cantidad que duplica lo permitido por la norma; en este proyecto de los filtros colocados en los pozos 3 y 4, ubicados en el área urbana de Matamoros, se gastaron recursos por el orden de los 8 millones 130 mil 482 pesos y 11 millones 367 mil 557 pesos, respectivamente.
“Nomás se vinieron a tomar la foto y ya no volvieron, ái nomás dejaron”, dijo un vecino del lugar durante la visita de EL GUARDIÁN al pozo 4.
Tampoco en estas plantas se observó a gente trabajando en la operación de los filtros, pero sí, en el caso del pozo 4, a dos trabajadores bebiendo cerveza acompañados de una mujer.
Rogelio Ayup, el gerente general de SIMAS Matamoros, aclaró que ambas plantas, cuya construcción data de unos ocho meses, registran ya un avance de 90 por ciento.
Sin embargo, dijo desconocer la fecha exacta en que las obras serán entregadas por la Conagua a este organismo operador.
“No están en funciones todavía y como lleva los filtros, bardeado del área, unas pilas, entonces sí es un trabajo laborioso. Esos trabajos los hizo la CNA y entonces ellos mandan a la empresa, le empresa empieza a construirlos, yo no tengo fecha de entrega. Queremos suponer que en un mes, dos meses ya puedan estar funcionando los filtros adecuadamente y creo que en este año nos libramos del arsénico”.
Con relación a los pozos que abastecen de agua a las colonias Senderos y Zacatecas de Torreón, se pudo constatar que las plantas para remoción de arsénico se encuentran inactivas.
Empleados del SIMAS, que al momento de la vista de EL GUARDIÁN se encontraban al interior de las plantas afirmaron que los filtros están sin operar, dijeron ignorar la causa.
Dulce Pereda, síndica del municipio de Torreón, declaró que esta situación se debe principalmente a la falta de mantenimiento de los filtros antiarsénico por parte de los organismos operadores, en este caso el SIMAS Torreón.
“Si no le dan mantenimiento adecuado a la bomba, mucho menos les están dando a los filtros de arsénico. Y al no darle mantenimiento a estos filtros obviamente no estás previniendo el arsénico”, declaró.
Es de destacar que el sector Senderos se ha caracterizado por ser una de las zonas de Torreón cuyas aguas han llegado a niveles de contaminación de 0,045 y 0.050 microgramos de arsénico por litro, 100 por ciento más de lo permitido.
Durante los recorridos efectuados por EL GUARDIÁN, en varias visitas a municipios de la Laguna de Coahuila realizadas en el lapso de dos meses, se pudo observar que en el caso de colonias como Compresor, Lucio Blanco y el Ejido Paso del Águila, asentadas en el área urbana y rural de Torreón, los filtros se encuentran parados y bajo candado dentro de los predios del SIMAS donde se localizan los pozos.
Yo digo que esa es y debe ser la prioridad del Gobierno del Estado, del Gobierno Federal, del Municipal, de poner atención en las cuestiones de salud”. DOñA MATI habitante de Finisterre.
Nomás se vinieron a tomar la foto y ya no volvieron, ai nomás dejaron” JUAN, vecino del pozo 4.