A diferencia de otras Ligas europeas, el Calcio no se le ha dado a los mexicanos; todos fracasaron EL MALEFICIO DEL FUTBOL ITALIANO
Hirving Lozano pinta para romper la maldición mexicana en Italia. Figura en potencia del Napoli, el Chucky tiene en varios paisanos los antecedentes de un Calcio que ha sido reacio a aceptar futbolistas aztecas.
Más allá de los conocidos casos de Héctor Moreno, Carlos Salcedo, Rafa Márquez o Miguel Layún, quienes no lograron echar raíces en Italia, otros personajes menos conocidos también fueron a dicho país solo para toparse con pared.
Uno de ellos fue Héctor Altamirano, el ex futbolista de Santos y Gallos, entre otros equipos, que fue entrenó por ocho meses con el Cremonese, sin debutar oficialmente.
“Al final no se dio, te soy sincero, no sé por qué. Todo parecía que iba caminando bien, pero fue una experiencia entre seis y ocho meses que me ayudaron a crecer”, recordó el “Pity” a Mediotiempo.
El mediocampista, quien fue colaborador de Gustavo Matosas en la Selección de Costa Rica, recordó que fue fichado para estar a prueba a partir de una gira que hizo con un plantel juvenil Cruz Azul, cuando tenía 16 años de edad en 1993.
“Se llegó a un acuerdo de que fuera yo unos meses para Italia y estuve entrenando con la posibilidad de registrarme más adelante”, agregó.
“Me decían que lo único que quedaba era hablar entre directivas y cuando llego a México se me informa que no volveré y mi siguiente paso era seguir en la Liga de Ascenso con Cruz Azul Hidalgo” aseguró el Pito en entrevista.
Una Larga lista de Frustraciones italianas
Tras jugar el Mundial Sub-20 en Portugal, Pedro Pineda fue fichado en 1991 por el Milán, entonces con jugadores como Ruud Gullit, Marco Van Baasten y Frank Rijkaard.
Pero el delantero solo participó en la pretemporada y regresó a México prestado a Chivas.
En 2005, Cesáreo Victorino firmó con el Padua de la Serie C, pero solo estuvo seis meses para volver con Pumas, mientras que un central poco conocido de nombre Mario García, con nacionalidad italiana gracias a su madre, estuvo un año con el Varese, para luego emigrar al futbol colombiano.
Un año después, Javier Ledesma, hijo del Zully, y Alejandro Galván, ambos canteranos de Chivas, probaron suerte con las inferiores del Inter de Milán, aunque ninguno de los dos se quedó.
En el mismo equipo, pero en 1963, el mediocampista Héctor Segura entrenó con los neroazurri pero no pudo echar raíces, siendo el pionero de los futbolistas nacionales en el Calcio.
Además en 2014, el canterano del Atlante, Yordi Parente, emigró al Perugia con 17 años. Aunque firmó un contrato por dos años, tampoco tuvo éxito y volvió a la Liga de Ascenso. Actualmente es mediocampista en Cafetaleros.