ASÍ FUNCIONAN LOS ‘PUNTEROS’
»Es una persona que vigila una zona para un grupo criminal
Rodrigo ha sido puntero del Cártel de Sinaloa, en particular de la facción de los hijos de Joaquín Guzmán Loera, alias Los Chapitos o La Chapiza. ”Aquí en Culiacán La Mayiza casi no tiene punteros, le pide información a La Chapiza; ya para el sur, los de aquí le piden comunicación a Los del Sombrero hasta Mazatlán. Se llevan bien”, comenta.
Se le conoce como La Mayiza o Los del Sombrero a las personas que trabajan para la facción de Ismael conocido con el alias “El Mayo” Zambada.
Un puntero es una persona que vigila una zona para un grupo criminal en Sinaloa, en otros lugares se les conoce como halcones. Les dicen así porque les asignan un punto fijo para que desde allí reporten lo que sucede.
Sin embargo, otra de sus funciones principales es ir detrás de los vehículos del Ejército, la Marina y la Guardia Nacional.
En Culiacán es común observar a jóvenes punteros con radio en mano detrás de las Fuerzas Armadas.
El seguimiento es “bulevar por bulevar, calle por calle”. El mes pasado, durante los operativos militares para intentar rescatar
a las 66 personas privadas de su libertad, operaron sin descanso detrás de las camionetas oficiales.
El gobierno no liberó a ninguna ni realizó detenciones. En los dos Culiacanazos anteriores, la estructura de monitores fue fundamental para disminuir el efecto negativo contra la organización
criminal. Los punteros no son difíciles de identificar.
Regularmente son jóvenes veinteañeros o menores de edad que empiezan, incluso, desde los 13 años. Delgados, con gorras, una motocicleta de bajo costo y radio.
Ni con los policías municipales ni con los estatales hay problema real, dice Rodrigo, y es que con ellos “están arreglados”. Aunque a los estatales se les sigue por precaución.
Su horario es de 12 horas de trabajo por 12 horas libres.”No hay Navidad ni Año Nuevo ni Día de las Madres”, comenta.
Le pagan cuatro mil pesos a
la quincena. No le parece mal, pero advierte que dentro de la estructura se puede “ascender” si se es reclutado como sicario. Entonces la paga es de siete mil pesos a la quincena, se trabajan 20 días y se descansan cinco.
La persona con la que él labora, “El Jefe”, no le permite consumir drogas porque puede equivocarse fácilmente y porque se puede envalentonar y tratar de conflictuarse con las autoridades que vigilan.
Eso “está penado” para todos. Cualquier error, según su gravedad, se paga con golpes a través de “tableadas” o con la vida.