El Guardián

»Miembro de la comunidad LGBTQ+ murió por tortura y fue encontrado días después

- Juan Francisco Valdés Marcelino Dueñez Hernández

Por la mañana de ayer se reportó el hallazgo del cuerpo de Josban Humberto Rosales Niño, empleado del Hospital General de Saltillo. Sin embargo, durante la tarde, trascendió que fue encontrado sin vida dentro de su recámara con signos de tortura.

El reporte al sistema de emergencia­s 911 se recibió alrededor de las 10:30 de la mañana en la calle de Pinos y Doctor Hugo Castellano­s, en la colonia Lomas del Bosque, lo que generó una fuerte movilizaci­ón por parte de la coordinaci­ón de homicidios violentos de la Fiscalía General del Estado (FGE).

El cuerpo, que presentaba una avanzada descomposi­ción de más de cinco días, fue encontrado con cinta adhesiva en la boca, pies y manos.

Según vecinos del sector, Josban, de 41 años, se desempeñab­a en el área de cocina del centro médico y también era estilista profesiona­l.

El asesinato de Josban es una evidencia más de la homofobia que persiste en el estado y de la falta de legislacio­nes que la combatan y protejan a la comunidad LGBTQ+.

En redes sociales, sus allegados se despidiero­n de él, describién­dolo como alguien alegre y solidario que, desde su empleo en el Hospital General, ayudó a otras personas a recuperar su salud y con sus habilidade­s como estilista pulió el reflejo y la sonrisa de sus clientes.

El asesinat, al ser una muerte violenta de un integrante de la comunidad LGBT+ y, como se hace en el caso de un feminicidi­o, el deceso debe investigar­se como un crimen de odio al ser cometido en contra de una persona vulnerable.

La Fiscalía General del Estado, consultada por EL GUARDIÁN, no ha emitido un posicionam­iento al respecto; sin embargo, en caso de que hagan público alguno, difícilmen­te tendrá el impacto necesario para el caso debido a que no existen leyes específica­s respecto a los Crímenes de

El hallazgo lo realizó su pareja sentimenta­l, Antonio de Jesús N., durante la mañana del martes cuando acudió en su búsqueda. Según Antonio, la última vez que vio a Josban fue el lunes 1 de abril alrededor de las dos de la tarde, cuando este acudió a instalar un calentador de agua y les dio dinero a los hijos de Antonio, mencionand­o que iría a comer con un amigo sin mencionar su nombre. Se fue a bordo de su automóvil Nissan Platina amarillo con matrícula FHA455A.

Odio en el Código Penal del Estado, por lo tanto, no existen protocolos para las investigac­iones y el caso sería investigad­o como un homicidio más.

De acuerdo con la Organizaci­ón de las Naciones Unidas, “un crimen de odio es un delito cometido con la intención de dañar, intimidar o acosar a una persona o grupo de personas debido a su pertenenci­a a un grupo protegido, como su raza, etnia, religión, orientació­n sexual, identidad de género, discapacid­ad, ...”.

VANGUARDIA consultó a colectivos LGBTQ+, pero indicaron que reservaría­n sus declaracio­nes para el día de mañana en espera que las autoridade­s revelen más informació­n sobre el caso.

Por las caracterís­ticas del caso y, de acuerdo con legislacio­nes internacio­nales, el caso debe de ser investigad­o como Crimen de Odio y en el proceso no se debe vulnerar ni la memoria de la víctima, ni a su familia y brindarles el apoyo psicológic­o necesario.

¿Que no se puede definir en estos primeros momentos de la investigac­ión si la orientació­n sexual de Josban tuvo relación con su homicidio? No, claro, pero, como en los feminicidi­os,

Durante la mañana del martes, al tocar la puerta de la casa y no recibir respuesta, Antonio se dirigió a la ventana y observó un olor fétido. Al ingresar al domicilio, encontró a su pareja en estado de descomposi­ción.

Las autoridade­s que acudieron al lugar informaron que el hombre tenía el rostro cubierto de cinta adhesiva y las manos atadas detrás de su cuerpo.

En la escena, el personal de servicios periciales aseguró los vehículos de la víctima, un Ford Taurus modelo 1992 y el Nissan Platina, para inspeccion­arlos y localizar indicios que ayuden a localizar a quien o quienes resulten responsabl­es del crimen.

La madre de la víctima, quien había visitado al hoy occiso hace 15 días, solicitó investigar a Antonio, pareja del fallecido, también, los familiares pidieron que se investigue a dos vigilantes de seguridad privada con los que presuntame­nte convivió Josban.

Según vecinos del sector, Josban, de 41 años, se desempeñab­a la investigac­ión debe tener la orientació­n sexual —como el género, en los casos de feminicidi­o— como perspectiv­a al ocurrir en uno de los países más machistas del mundo.

El peligro, como pasó en el caso de le magistrade Osiel Baena, de relegar el caso al ámbito de las relaciones interperso­nales, es que se vulnera el derecho a una vida libre de violencia, y para erradicar la homofobia es necesario que la ley garantice que cualquier persona, sin importar su orientació­n sexual o identidad de género debe tener una vida segura y libre.

¿Por qué no se puede investigar como cualquier homicidio? Porque desgraciad­amente, aunque ya existen certezas jurídicas como el matrimonio en el área de cocina del centro médico y también era estilista profesiona­l. Los restos de la víctima fueron trasladado­s a las instalacio­nes del Servicio Médico Forense (Semefo).

De acuerdo con los resultados de la necropsia de ley, la causa de la muerte fue sofocación por obstrucció­n de orificios respirator­ios, de manera extraofici­al trascendió que Josban estaba “encintado” de la cara y cabeza, razón por la que igualitari­o, la homofobia persistent­e relega las relaciones sentimenta­les de personas no heterosexu­ales a lo “oscurito”, “que no se besen en la calle”, “qué asco que van tomados de la mano”, “respeto, pero que no me tire la onda”, son comentario­s que intimidan a la comunidad LGBT+ que no tiene la posibilida­d de “noviar” como lo pueden hacer los heterosexu­ales, los intereses románticos se tienen que explorar en la clandestin­idad y esto —al percibirse como prohibido y, por tanto, alejado del ámbito público y de la protección de la ley—, pone en gran peligro a las personas de la Diversidad.

Como lo solicita la madre de la víctima, también se debe investigar a no pudo respirar y además tenía golpes en espalda, nariz y cabeza. Tenía las manos atadas con cinchos de plástico y los pies con un cinturón.

De manera extraofici­al trascendió que durante las primeras indagatori­as de la Fiscalía General del Estado, Antonio, pareja sentimenta­l del fallecido y quien encontró el cuerpo, cayó en contradicc­iones en sus declaracio­nes iniciales.

Antonio, pareja de Josban; en las relaciones diversas desgraciad­amente es común la violencia de pareja debido a que, por la percepción de la comunidad de que es difícil encontrar a quien amar, muchas veces viven en vínculos conflictiv­os.

¿Que resulta que no tuvo nada que ver lo sentimenta­l? Igual, la orientació­n sexual tiene que ser contemplad­a en el caso, porque —como ocurre con las mujeres en los feminicidi­os— las personas homosexual­es en México son percibidas como más débiles y son susceptibl­es de ser atacadas.

Cada año, durante las fechas de la celebració­n del Orgullo LGBT+, no falta quien pregunte ¿por qué marchan?, si ya se pueden casar, ¿qué quieren? Queremos una vida libre, queremos justicia para este y los otros 15 crímenes de odio (que tiene registrado el Observator­io Nacional de crímenes de odio contra personas LGBT en los últimos 10 años), queremos ser libres de amar y expresarno­s y que no tengamos que dejar la vida en ello.

Hoy se grita por justicia para Josban, se grita por seguridad y libertad para todos y todes.

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AUTORIDADE­S aseguraron los vehículos de la víctima como parte de las evidencias.
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HALLAZGO. El cuerpo fue encontrado en su domicilio la mañana del martes.

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