Está esperando un trasplante de pulmón
Tras 47 años de ser fumador activo, el actor y productor Jorge Ortiz de Pinedo pagó las consecuencias al mermar su salud. Tan así es el nivel de gravedad en su salud que tuvo que emigrar de la CDMX en donde vivió y trabajó por tantos años, debido a la dificultad para respirar y la necesidad de ser asistido por un tanque de oxígeno.
Pinedo está a la espera de un trasplante de pulmón, pues luego de que le fueran retirados algunos fragmentos pulmonares, requiere de un órgano nuevo para que no tenga más problemas para respirar.
Fue diagnosticado con cáncer, cuando sus doctores detectaron que tenía un tumor en el pulmón izquierdo. Otro de los problemas que le produjo el tabaquismo fue la Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica (EPOC), la cual no tiene cura.
Fue así que el primer actor que da vida a “Placido López” en “Una familia de Diez” fue sometido a una cirugía en la que le fue retirado todo el lóbulo superior izquierdo y, más adelante, le extirparan el lóbulo medio de su pulmón derecho.
Esta intervención dejó a Ortiz de Pinedo en una situación vulnerable, pues a pesar de contar con una caja toráxica fuerte -debido a los años que dedicó a hablar en voz alta en el teatro- su capacidad para respirar quedó reducida en un porciento considerable.
A partir de ese entonces, el actor de 76 años se adaptó a un nuevo de estilo de vida, pues abandonó la Ciudad de México, que se encuentra en una altura de 2 mil 250 metros al nivel del mar, y se mudó a la playa, un lugar donde puede respirar con
mucha más facilidad.
De acuerdo con el actor de “Cándido Pérez”, la espera no se debe a una falta de
donadores, pues asegura que hay mucha gente interesada en que sus órganos sean trasplantados al perder la vida, sino que son los familiares de los donadores quienes se resisten a que se lleve a cabo dicho proceso.
“El problema no es el donador, hay muchísimos pulmones, el problema está en que la familia acepte que alguien dijo: ‘-Yo quiero ser donador’, porque por ley tienen que preguntarles a los familiares, y donde uno de los hijos diga: ‘-No, no’. se frena todo, en México se hacen pocos trasplantes”, explicó a “Venga la alegría”.