Adicción a los videojuegos
En 2013, un joven chino de 23 años llamado Xiao Feng se vio envuelto en una historia que refleja una de las grandes preocupaciones contemporáneas: el exceso de tiempo dedicado a los videojuegos. La obsesión de Xiao por los juegos de rol incomodaba tanto a su padre que este decidió tomar medidas insólitas para intentar cambiar la situación.
Xiao Feng pasaba todos los días sentado en el sofá de la casa de sus padres, inmerso en mundos virtuales por horas. Sin embargo, un día su experiencia cambió drásticamente. Al iniciar sesión en su juego favorito, fue inmediatamente atacado por jugadores de altísimo nivel que no cesaban en “aniquilar” a su personaje en este plano virtual. Intentó defenderse y, desesperado, cambió de servidor con la esperanza de encontrar un poco de paz. Pero sus verdugos lo siguieron y continuaron con la cacería, haciendo que el juego se volviera una experiencia frustrante y nada divertida.
La situación llegó a un punto crítico cuando Xiao Feng, incapaz de disfrutar del juego y harto de ser el objetivo de estos asesinos virtuales, decidió confrontarlos. Al preguntarles por qué lo atacaban sin cesar, descubrió la sorprendente verdad: su propio padre había contratado a estos jugadores profesionales para que lo acosaran en el juego con el objetivo de aburrirlo y obligarlo a buscar un trabajo en el mundo real.
La estrategia, aunque creativa, tuvo el efecto contrario al deseado. Xiao Feng, molesto y resentido, dejó claro a sus padres que independientemente de su afición por los videojuegos, encontraría trabajo solo cuando él se sintiera listo para hacerlo.
Esta curiosa y extrema medida tomada por el padre de Xiao Feng pone de relieve la creciente preocupación de muchos padres respecto al tiempo que sus hijos dedican a los videojuegos.
La historia no solo ilustra el ingenio de algunos para intentar resolver el problema, sino también los riesgos de imponer soluciones sin considerar los sentimientos y la autonomía de los jóvenes.
En un mundo donde los videojuegos se han convertido en una parte integral de la vida de muchos, encontrar un equilibrio saludable sigue siendo un desafío para muchas familias.
Es importante la comunicación y la comprensión entre padres e hijos, así como buscar soluciones respetuosas.*