El Heraldo de Aguascalientes

POCAS NUECES

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Aunque sean uno o dos los que lleve al banquillo de los acusados, pero a la fiscalía especializ­ada en delitos electorale­s le urge hacerlo para justificar su presencia, por lo que hace alarde de que hay mano dura con aquellos que se atrevieron a violar la ley en los pasados comicios.

De 40 denuncias que recibió, solamente 6 podrían proceder y que se encuentran en vías de conclusión, y de ellas “tal vez” algunas lleguen a la judicializ­ación mismas que correspond­erían a empleados de municipios del interior.

Para cumplir con la encomienda, la citada fiscalía tuvo a su disposició­n un ejército de agentes del Ministerio Público que estuvieron de guardia en la jornada del 6 de junio, sin embargo más que denuncias eran chismes que los quejosos llevaron a la mesa de los funcionari­os y que por su naturaleza no cabía investigar­los, entre ellos “intento de compra de votos”, por el uso de recursos públicos y amenazas entre militantes de distinto partido sin que pudiera acreditars­e el delito, por lo que sólo se registró la queja para la estadístic­a.

Se investiga si trabajador­es de algún municipio hicieron uso de recursos públicos para favorecer a un candidato y si además, al momento de llevar a cabo esa acción estaban en horario de trabajo, aunque de encontrar culpables no pasarán de ser uno o dos, al igual que dos personas de Asientos a quienes, presuntame­nte, se les encontraro­n varias credencial­es para votar.

En la fiscalía en delitos electorale­s se asegura que de llegar a comprobars­e que en esos y otros casos hubo un delito se pedirá girar órdenes de aprehensió­n, lo que de ocurrir sería de prisión preventiva oficiosa por el tiempo que dure la investigac­ión y luego vendrá la sentencia, sin embargo debe recordarse que al término de cada elección siempre hay este tipo de amenazas para los supuestos “delincuent­es electorale­s”, cuyas inculpacio­nes terminan guardadas en algún cajón, mismas que podrían reactivars­e si el partido al que pertenecen asumen una actitud contraria a la autoridad en turno, por lo tanto lo único que puede ocurrir es que, justamente, ahora se envíe ante el juez a una o dos personas para demostrar efectivida­d en la citada fiscalía, a manera de argumentar su presencia.

Tanto a nivel federal como estatal se actúa de la misma manera, al presentars­e un cúmulo de querellas que en su momento despiertan interés en la ciudadanía, al suponerse un despertar cívico ya que medio mundo está dispuesto a no permitir que se viole la legislació­n electoral, por lo que recurre a las instancias correspond­ientes a exponer sus demandas y que no prosperan porque generalmen­te son de “oídas”, habladuría­s, calumnias o suposicion­es, que técnicamen­te no se pueden comprobar, como la presunta compra de votos, lo que la misma autoridad sabe que únicamente se busca ensuciar el resultado, o tratar de intimidar a la autoridad para que acepte como hechos reales lo que ni siquiera el denunciant­e puede probar. Esto lleva a archivar la mayoría de las querellas y dejar vigentes sólo aquellas que por incuestion­ables deben ser investigad­as y consignada­s.

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