Acusan maltratos a internos
Familiares de internos del Centro Federal de Readaptación Social (Cefereso) 14, de Gómez Palacio, Durango, acusaron que sus parientes fueron golpeados por otros reos.
De acuerdo con testimonios, desde el pasado 1 de julio las autoridades penitenciarias impidieron las visitas y las llamadas telefónicas, dejando incomunicados a los reclusos.
Ese día, las trabajadoras sociales del penal les dijeron que había “código negro” dentro del Cefereso, lo que según significaba que no había energía eléctrica, por lo que no podían ingresar ni hablar con los internos.
En los días siguientes se les negó el acceso con diferentes argumentos, incluso un brote de Covid-19.
Organizados en grupos de WhatsApp y Facebook, los familiares de los internos comenzaron a compartir la información y su preocupación.
Montserrat Jiménez, cuyo esposo se encuentra en el Cefereso 14, contó que el lunes 5 de julio acudió a la oficina de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) en Torreón, Coahuila, donde conoció a otra persona que le recomendó interponer un amparo por incomunicación.
“Me dijo que ella lo había metido el domingo y fue un Ministerio Público a certificar a su familiar, y estaba golpeado”, recordó.
Jiménez siguió el consejo, sin embargo, la jueza de ejecución de sentencias de Gómez Palacio le dijo que el director del Cefereso le mostró videos y fotos del “código negro” y le explicó que se trataba de un motín.
“La jueza me dice ‘el director nos mandó videos de cómo sus familiares se están matando ahí adentro’”, comentó la familiar del recluso.
Ella pudo hablar con su esposo por teléfono hasta el 11 de julio y lo pudo visitar el día 15, cuando comprobó que tenía golpes en las costillas y en la pierna derecha.
Jiménez reconoció que el 8 de julio se registró un motín al interior del Cefereso, pero reclamó que sus familiares fueran incomunicados desde el 1 de julio y el abuso de la fuerza de los custodios.
En mensajes anónimos, otros familiares de custodios narraron lo que sus parientes les contaron que ocurrió en la primera quincena de julio.
“Me comenta que se ha convertido en un infierno, los están golpeando demasiado, los traen desnudos prácticamente”, contó un hombre.
“Mi interno dice que otra madriza no la soporta, entonces prácticamente lo van a matar”.
En otro mensaje, uno de los internos contó que a él no lo golpearon, pero en cambio le robaron todas sus pertenencias.
“Nos quitaron cobijas, nos quitaron zapatos, toallas, todo, nada más nos dejaron en puro chón y chanclas”, refirió.