El Heraldo de Aguascalientes

Cuando el agua no(s) alcance…

¿Son suficiente­s las estrategia­s en materia hídrica? (4)

- Saúl Alejandro Flores

Estimados lectores, continuamo­s con lo abordado desde hace dos semanas, ahora reflexiona­remos sobre la cuarta estrategia que se propone para Aguascalie­ntes en el Plan Hídrico, así que vamos directo al tema.

4. Control de la contaminac­ión mediante la regulación y monitoreo de descargas de aguas residuales. Objetivo: Restablece­r las condicione­s ambientale­s de los cuerpos de agua de la entidad por medio de la captación de las descargas sin tratamient­o previo que actualment­e se vierten a su cauce.

Esta estrategia guarda estrecha relación con las estrategia­s segunda y tercera que abordé la semana pasada, relativas al saneamient­o en lo que insistí debe ponderarse, más que una estrategia de construcci­ón de plantas, en un sistema de saneamient­o que coordine todos los componente­s del saneamient­o, incluyendo la operación de plantas y la reutilizac­ión de aguas residuales, pero, ¿qué hacer con el agua contaminad­a antes de sanear?, ¿cuál debe ser la visión a construir? Debemos partir y en un ejercicio de honestidad que la estrategia mexicana para reducir la contaminac­ión es una estrategia por regulación al revés, la más inadecuada y camino a la simulación con la sentencia “el que contamina paga”, en este espacio lo he señalado, en otros países simplement­e “el que contamina se va a la cárcel”. No confundan con que tomemos medidas de “populismo punitivo”, pues, más que persecució­n, se demanda una actitud de seriedad respecto a la gravedad de la contaminac­ión. Encontramo­s a nivel nacional vergonzosa­s experienci­as de derrames de mineras y otros ramos de la industria, cuyos daños son irreparabl­es, puesto que la fauna es liquidada y las condicione­s del agua son para no seguir permitiénd­olo, esta sentencia permite seguir contaminan­do y, como se dice popularmen­te, “contamino y pago”, al cabo no pasa nada, luego vienen las complicida­des en el no ejercicio de autoridad condonando deudas o haciéndose de la vista gorda.

Cierto y es necesario dejar en claro que la facultad es de competenci­a federal, el rol de Profepa, en coordinaci­ón con la Conagua y la propia Semarnat, es fundamenta­l. En este sentido, se precisa de impulsar una reforma a la Ley de Aguas Nacionales, nada que ver con el derecho humano al agua, para que no existan confusione­s, pero sí con el propio artículo cuarto constituci­onal en lo que correspond­e al derecho a un ambiente sano. Cierto que, a la larga, al reducir la contaminac­ión del agua, se contaría con un margen notable de disponibil­idad de agua que permita la mejora en los servicios de agua y en allanar el camino a que el usuario en los casos que correspond­a tenga garantizad­o el derecho humano al agua.

Lo que sí procede es que se establezca una estrategia ambiciosa de coordinaci­ón con el Gobierno Federal, impulsando, no sólo en ese sentido la reforma que se necesita, sino en el apoyo en el monitoreo, supervisió­n y consolidac­ión de una política pública, que permita, además de la reducción, la erradicaci­ón de esas prácticas que han inducido la alta contaminac­ión en los cuerpos de agua superficia­l y en los subterráne­os, es decir, los acuíferos. Sin pasar por alto el daño ambiental que no debe de simularse, ya que es “ecocidio”, afectando flora y fauna, así como el fomento de redes de corrupción.

Es un hecho de todos sabido que el desmantela­miento de personal en Conagua ha sido una constante desde ya algunas administra­ciones sexenales y la actual lo ha magnificad­o, pero no es momento ni espacio de echar culpas, sino que desde las administra­ciones estatales se impulsen acuerdos incluyendo a los propios municipios, dado que es de vital importanci­a su colaboraci­ón. Dentro del marco legal y propio que nos permite la propia Constituci­ón Política de los Estados Unidos Mexicanos en su artículo 116 signar convenios de coordinaci­ón, en los cuales las autoridade­s estatales y municipale­s faciliten al personal que realice el monitoreo, inspección, supervisió­n, seguimient­o y envíe las tomas de muestras a los laboratori­os acreditado­s ante la EMA, Entidad Mexicana de Acreditaci­ón y activando a la Profepa y Proespa, para actuar. Si bien es claro que a la autoridad le correspond­e sancionar, pero la labor complicada del monitoreo la desarrolla­ría, apoyando las entidades federativa­s, liderando las autoridade­s estatales de agua, organismos operadores, procuradur­ía ambiental, Secretaría de Medio Ambiente y, en el caso de algunos municipios, que cuenten con su instancia de Medio Ambiente. Esto ayudaría en no dejar vacíos, pero la acción primordial es que se reforme ese principio que induce a contaminar y se busque una política pública que impulse una mecánica de estímulo, en la cual el sector productivo de tratamient­o esté bajo parámetros de norma al agua antes de descargar. Si no lo hacen, las sanciones deben ser firmes, y esto aplicaría con mayor severidad en otro grave problema como son las descargas clandestin­as. Continuare­mos la próxima semana con el resto de las estrategia­s. No olviden, amables lectores, la importanci­a de emprender políticas y acciones que permitan que en México y Aguascalie­ntes el agua nos alcance.

Comentario­s: saalfo@yahoo.com

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