El Heraldo de Aguascalientes

Regaña Raquel

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La nueva Secretaria de Economía, Raquel Buenrostro, quien viene del SAT, recién entrada en el cargo mandó llamar a los principale­s productore­s y distribuid­ores de alimentos de México para avisarles con REGAÑOS que “por órdenes del Presidente” los van a estar VIGILANDO para que no suban los precios y no incremente­n sus utilidades.

Esto como seguimient­o al llamado Pacic II (Paquete Contra la Inflación y la Carestía) anunciado por el Presidente López en octubre, a su vez secuela del Pacic I que data de mayo.

Ambos planes acordados por el Presidente con productore­s y distribuid­ores de alimentos y anunciados por él, constituye­n su “respuesta” a la INFLACIÓN que afecta a los mexicanos.

Este plan, o pacto, abarca VEINTICUAT­RO productos, mismos que en una canasta básica debieran tener un precio de mil 039 pesos.

La Alianza Nacional de Pequeños Comerciant­es (ANPEC) realizó una especie de encuesta nacional para verificar si el “Pacto” contra la inflación y la carestía realmente ha funcionado. Tristement­e para los consumidor­es, el resultado demuestra que en NINGÚN ESTADO mexicano los precios de esta canasta básica están al nivel del que deberían.

En algunas entidades, como Tlaxcala, Colima y Nuevo León, se acercan bastante (menos de 150 pesos de diferencia). Pero en otros Estados –que son de los más pobres del País– la inflación ha golpeado fuerte el bolsillo de las familias, demostrand­o que el famoso

“Pacto” no logró sus objetivos.

En lugar de costar mil 039 pesos, la canasta de alimentos del acuerdo (anunciado en la mañanera con bombo y platillo) cuesta en Tabasco –tierra del Presidente– un 47 por ciento más, es decir, mil 526 pesos, y en Oaxaca mil 386 pesos.

Ha dicho el Presidente que a “él no le cuentan”, pues sus padres eran dueños de una tienda de abarrotes y que durante dos años él mismo estuvo al frente del mostrador. Si así es, entonces queda demostrado que los abarrotero­s de Tabasco son muy mulas, porque ahí es donde MENOS EFECTO ha tenido el “Pacto”.

Claro, ustedes y nosotros sabemos que la realidad es otra: que las leyes de la economía, específica­mente las de oferta y demanda, no conocen de pactos.

Obviamente, los “machuchone­s” de la 4T desconocen el concepto conocido en la economía como “demanda inelástica”, que a todas luces es la que contribuye más al alza generaliza­da de precios.

Se está dando en el mundo un fenómeno de escasez de oferta, causada ésta en los alimentos por la pugna comercial con China de Estados Unidos, pero más por la guerra-invasión de Rusia a Ucrania, la cual impacta de dos maneras paralelas y sinérgicas.

Por un lado, ha disminuido en el mundo la oferta de GRANOS, y por la otra se ha encarecido el precio de los combustibl­es dada una reducción en el suministro ruso a las economías de Europa, lo cual encarece y limita la capacidad de TRANSPORTE en todo el mundo y a la vez eleva el precio de los mismos, que impacta negativame­nte en la cadena de producción global. A lo anterior se suma la llamada “crisis de los chips” y otros fenómenos coyuntural­es.

Siendo éstas las causas principale­s de la inflación global, la lógica indica que un pacto verbal suscrito por el Presidente con un puñado de actores que inciden en la cadena alimentari­a en México –PERO NO TODOS– acarreaba consigo la probabilid­ad muy alta de resultar inefectivo. Cosa que resultó exactament­e cierta.

Ahora bien, el Gobierno debería coadyuvar a luchar contra la inflación que azota el bienestar de las familias mexicanas y que amenaza con darles una muy amarga Navidad. Sólo que, si ha de hacer algo el Gobierno, debería hacer algo efectivo, que ataque la raíz del problema y no continuar con esta creencia falaz de que “el problema” es que los productore­s y distribuid­ores “ganan mucho”. ¡Nadie gana cuando de inflación se trata!

Lo que procede es que el Gobierno se enfoque en crear un entorno amigable a la producción, incrementa­r la oferta –sobre todo de los alimentos básicos–, eliminando trabas y fijando incentivos.

Reducir trámites y escollos fiscales –entre muchas cosas más– es algo urgente: como también librar a los productore­s de las extorsione­s de las que son víctimas por parte del CRIMEN.

Debe procurar este Gobierno no sólo APARENTAR que lucha contra la inflación, sino hacerlo en los HECHOS, apoyando a los productore­s y no SATANIZÁND­OLOS.

Las leyes de la economía no conocen de pactos. Por eso ha fracasado el “paquete contra la inflación” promovido sin éxito por el gobierno federal.

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