Arranca traslado aéreo desde Piedras Negras
SALTILLO.- El traslado aéreo y terrestre de migrantes en la frontera de Coahuila para fines de repatriación inició desde el viernes, además de que también se abrió el puente ferroviario de la empresa Ferromex, el cual se mantuvo cerrado durante cuatro días, informó Sonia Villarreal Pérez, comisionada para la Relación Bilateral Coahuila-Texas.
La funcionaria indicó que con estas acciones se da seguimiento a los acuerdos establecidos entre el Gobierno del estado, las autoridades federales mexicanas y norteamericanas, para el control del flujo migratorio extraordinario que se tiene en la frontera coahuilense.
Entre el viernes y ayer, el Gobierno del estado ha realizado al menos cinco vuelos desde Piedras Negras a Villahermosa, Tabasco, principalmente.
Ello con el objetivo de que los migrantes sean repatriados a sus países de origen.
Villarreal Pérez señaló que el 98 por ciento del flujo migratorio se presenta en la frontera de Piedras NegrasEagle Pass.
El cruce de Acuña-Del Río se mantiene como una frontera limpia, y por ello, y ante la solicitud del Gobierno de Coahuila a las autoridades estatales de Texas, se logró
también que se retiraran las inspecciones de los tráilers en esta frontera, lo cual ayuda a disminuir el impacto económico, mencionó.
La ropa que dejan a su paso cientos de migrantes en Ciudad Juárez al cruzar el Río Bravo hacia El Paso, Texas, ha sido utilizada por algunos para protegerse a la hora de evadir la barrera de púas que divide la frontera.
CIUDAD JUÁREZ.- Con la ropa que dejan los migrantes a lo largo del Río Bravo, el venezolano Luis Herrera comenzó a hacer un hueco en la alambrada de púas que colocó el Gobierno de Texas a unos metros del muro fronterizo.
Así pudo cruzar la barrera junto con su familia; sin embargo, fueron devueltos a México por el mismo cerco que habían vencido, a unos metros de la “Puerta 36”.
¿Cómo abrieron la alambrada?, se le pregunta al ex militar de la Guardia Nacional Bolivariana.
“Con las manos. El alambre lo abrimos, con el peso de uno lo íbamos abriendo y como tiene muchas púas, agarramos ropa que hay ahí tirada, ropa de todos los migrantes (para protegernos) y la íbamos abriendo hasta que después de tres horas hicimos un hueco de aproximadamente 1.20 por 80 de ancho, que por ahí fue por donde logramos pasar”, rememora.
La intención del sudamericano era entregarse a la Patrulla Fronteriza y ser procesado para solicitar asilo porque desde hace tres meses inició su trámite en la aplicación CBP One, implementada por Estados Unidos, pero no ha avanzado.
Con su esposa, su suegra y un hermano, decidieron partir este mes hacia el norte para llegar hasta el límite fronterizo y acelerar su ingreso a EU. “Yo duré tres meses esperando la cita y todavía sigo esperando la cita”, lamenta.
A diario revisa la aplicación, sin que le arroje una fecha para acudir de manera formal por un puente internacional.
“Tengo ya en México esperando la cita de CBP One, tres meses. Estuve en Ciudad de México tres meses esperándola, y debido a que no me salió la cita, decidí venirme a Ciudad Juárez”, explica.
De la Capital del País viajaron en autobús hacia Monterrey, pero en el camino personal del Instituto Nacional de Migración (INM) y elementos policiacos les quitaron dinero para dejarlos seguir su camino.
De la Sultana del Norte partieron en el tren carguero hacia Torreón, donde tenían la opción de dirigirse a Piedras Negras, Coahuila, o a Ciudad Juárez, Chihuahua. Este último destino fue el que eligieron.
Así como él, cientos de personas en movilidad deciden dejar de lado el proceso formal y subirse al ferrocarril para llegar a la frontera y cruzar el Río Bravo, con la esperanza de iniciar su proceso de asilo.
“Estoy peleando el parole (permiso de permanencia temporal), pero ha tardado mucho. Tengo tres meses esperando, tres meses y no ha salido”, indica el sudamericano de 36 años en el lado mexicano.
Cuando decidió entregarse, afirma, había pasado una semana desde que el tren lo había traído hasta esta frontera. Fue el 18 de diciembre, el Día Internacional del Migrante, cuando cruzó las aguas pantanosas del Bravo y logró romper el alambre.
Sin embargo, por la noche, luego de horas de estar en filas diferentes con sus familiares y otros 600 migrantes, los agentes de la Guardia Nacional de Texas, que custodian la frontera, lo retornaron a Ciudad Juárez.
Al ser formados, les quitaron sus pertenencias.
“Nos revisaron la documentación, nos revisaron si no cargábamos ningún tipo de armamento, droga”, recuerda. “De hecho pensábamos que nos iban a procesar (…) que nos iban a poner para este lado de la puerta y nos iban a procesar, pero no fue así, sino que arbitrariamente nos sacaron para este lado”, expresa en entrevista.
“Yo en lo particular cargaba mi mochila con dos monos (pantaloneras), un par de zapatos, mi chaqueta y mis documentos. Lo único que me entregaron fue mi celular, mis documentos, el resto todo quedó ahí, y cargaba 6 mil pesos, me quedaron 20 pesos y mis documentos”.
Tras su intento fallido de entregarse a la Patrulla Fronteriza, Herrera busca ahora establecerse en Ciudad Juárez.
“Para quedarnos y tratar de buscar un trabajo y esperar la cita. No puedo regresar a Venezuela mientras esté el Gobierno de Maduro”.