>>DULCE ENCUENTRO >>Y ENCANTADOS RECUERDOS. A PESAR DEL FRÍO, QUÉ AGRADABLE TARDE NOCHE FUE LA QUE SE ME CONCEDIÓ PARA EL GOZO ESPIRITUAL
Me dirigía, a eso de las seis de la tarde, rumbo al templo de San Antonio, y pude encontrarme con caras conocidas, rostros familiares, semblantes frescos, actitudes amables, gestos de cortesía y disposiciones optimistas. Mi sorpresa fue cuando una voz me llamó con la sonoridad de la vitalidad que no corresponde -literalmente- a una presunta anciana.
-”Armando, Armando, espérame por favor,… Su rostro, maquillado para engañar al tiempo, -¡qué hermosas arrugas, pensé!- me recordó a aquella lozanía que tantos piropos mereció en su esplendor. Era Teresita Leal, admiradora de mis tías, y discípula dilecta de mi madre Lupita Ruíz de Chávez, inolvidable personaje que, junto a sus hermanas, Lucita, María, Raquel, Conchita y Elena, dieron vida al colegio Sor Juana Inés dela Cruz.
El inesperado encuentro con Teresita Me deleitaba, caminado, pues no me topaba -como rutinariamente sucede- con tantos ceños fruncidos, tantas muecas de rencor perseverante, tantos dientes apretados, tantos signos de mal humor y mala sangre, y con tanta angustia que le sigue a la ignorancia de saber vivir. Caminaba, y otra voz, antes de la de doña Teresita, curiosa quiso saber,.. –”Pepe, ¿cómo le fue a Joselito Adame hoy en Cali? –”Luego te cuento pues no tengo informes todavía,.. Pepe, “Feliz año nuevo”,.. y saludos a tu familia,.. Mirando a Teresita no pude evitar evocar a mi madre, linda mujer que, campechana, reunidos en familia presumía,.. –”hijos, hoy cumplo setenta y nueve años de juventud,.. pues a su lado- y el de don Victorio- su marido -mi padre- me siento como nueva para empezar a vivir”. La nostalgia se puso romántica cuando Teresita me preguntó por mis hermanos, pues no sabía que Jorge y Carlos, al lado de nuestro entrañable amigo Rafael -de Santos- los que en vida formaban una trilogía verdaderamente endemoniada, ya retozan en el reino de los cielos. Cuando se lo conté su respuesta me hundió en el océano de la meditación: -”Armando, me comentó ella, recuerda a los difuntos pues para que la flores no extrañen el jardín riégales con la lluvia del corazón” Recuerda que hay flores que, sumergidas en el agua, tienen sed…. ¡nunca olvides a los que nos tomaron la delantera,… pues son flores todavía. Riégalas con las gotas -lágrimas- del corazón. Volví a mirar a Teresita. Qué delicado semblante, que dulce rostro, a pesar de sus arrugas,.. y mirándole volví a recordar a mi madre cuando, ufana, y al lado de su amiga -doña Elisa -uf,.. cuántos recuerdos…solía decir que ella sonería siempre porque las arrugas de la vejez deben ser arrugas sonrientes,.. ¡Qué linda sonrisa tienes querida Teresita!,. le dije sin pudor”. Ella debía asistir a una ceremonia que se realizó en el templo de San Antonio, y al despedirnos quedamos de reunirnos hoy por la tarde… Di unos pasos por la calle Zaragoza y otra voz me reprendió con enérgica reciedumbre: -”Pepe, hay que poner orden en la Fiesta -de toros- pues no puede ser posible que los verdaderos valores que la justifican parezcan trucos de quienes en ella tienen intereses, y hay que defender a los toreros que, como “Joselito” Adame, y otros tantos más, se rompen la madre y las empresas los utilicen como fichas en el dominó,.. “ahora me sirves, y mañana no. ¡Qué dulce encuentro con mis recuerdos! Y qué dulce encuentro con las amistades viejas que, a pesar de las arrugas, lucen un rostro lleno de juventud.