EL ARTE DE LA PROPAGANDA
La propaganda fascista, una máquina inteligente, potente, omnipresente, ideada, organizada y finalizada a la conquista y al mantenimiento del consenso.
Una muchedumbre que aplaude en éxtasis escuchó la declaración de guerra pronunciada por Mussolini el 10 de junio de 1940. Una multitud sobre todo ignorante, quizás ciega del abismo en que está a punto de ser echada. Cinco años de guerra; sangre, odio, violencia, destrucción, desesperación, 485,000 los muertos. ¿Verdaderamente los italianos pensaron que el Caudillo del fascismo habría podido llevarlos a la conquista de nuevas tierras, de nuevos imperios, de nuevos mares?
La habilidad, la fuerza, la penetración de la propaganda fascista, una máquina inteligente, potente, omnipresente, ideada, organizada y finalizada a la conquista y al mantenimiento del consentimiento. Una máquina perfecta que censura y crea mitos, regimienta y regala sueños imposibles, reprime y dibuja grandiosos escenarios, esconde la realidad e ilusiona a los hombres, engendrando un consenso falso que ha llevado a la guerra, una larga propaganda durada veinte años, y sobre todo y sobre todo, él, el Caudillo, y en muchos cómo hipnotizados le han creído y lo han seguido. Lo han seguido trágicamente hasta la guerra que señalará probablemente la herida más profunda y dolorosa de los 150 años de la historia de Italia.
Por la propaganda que efectuó un control político sobre todos los medios de comunicación, ocurrió el proceso de “fascistización” del país, con el objetivo de orientar la opinión pública, de cargarla, comunicando la exaltación de la misión nacional. Los mensajes fueron dirigidos a todas las categorías de la sociedad italiana y fueron difundidos continuamente por la radio, la prensa y el cine. En consecuencia del nacimiento del imperio la Italia fascista fue celebrada sobre la prensa con todo el énfasis comunicativo posible. Las poblaciones fueron sumergidas por una emisión continua de mensajes en las cuales era predominante el tema del estado fuerte, del patriotismo, de los ideales positivos de la guerra, de la familia, de la moral.
Se trató de dar una justificación a las iniciativas de guerra y conquista del imperio y el empleo político que es hecho de la historia y sobre su rescritura sobre la base de los mitos de la Roma antigua imperial y de las empresas coloniales revista en llave heroica, por la construcción del consenso.
Hubo la inteligente obra de instrumentalización que explotó las capacidades de adoctrinamiento de las masas. Se logró una drástica anulación de la voluntad individual por la exaltación absoluta del sacrificio y sumisión a la voluntad del jefe por el bien de la
patria.
El empleo de los nuevos medios de comunicación como la radio, la televisión, el cine, asume papeles fundamentales en el nuevo modo de hacer propaganda.
la radio, más que cada otro medio asumió un papel de primer plano. Los programas transmitidos, en los cuales fueron presente diversión e informaciones al mismo tiempo para aumentar el número de los oyentes, fueron constituidos por discursos del Duce (Caudillo) y propaganda comúnmente en todas las formas posibles. La radio se volvió, así, la voz oficial del estado. Son producidos modelos de radio económicamente accesibles por todas las familias. Así todos los italianos fueron alcanzables y pudieron ser influenciados y adoctrinados por la propaganda.
LA PRENSA
Es importante subrayar el control actuado por el régimen sobre las informaciones escritas por la prensa. Fue posible gracias a la adquisición por parte del partido fascista entre el 1911 y el 1925 de los mayores periódicos del país. Los periódicos, presentaron una censura sobre la crónica negra y sobre las quiebras económicas. La era fascista tuvo que presentarse como un modelo histórico de paz y alta moralidad. El mismo también ocurrió en los periódicos para niños cuyos argumentos fueron atados estrechamente a la ideología fascista.
Con las leyes del 1925 Mussolini dispuso que cada periódico tuviera un director responsable inscrito al partido fascista y que el periódico mismo, antes de ser publicado, fuera sometido a un control de la censura. Además estas leyes instituyeron "El orden de los Periodistas" cuyos miembros tuvieron que hacer parte del partido fascista.
Mussolini además creó el gabinete de prensa, que fue transformado en Ministerio De la Cultura Popular en 1937 y tuvo el encargo de controlar cada publicación secuestrando todos aquellos documentos creídos peligrosos o contrarios al régimen y difundiendo los así llamados "órdenes de prensa" con los culaes se impartieron precisas disposiciones acerca del contenido de los artículos, la importancia de los títulos y su tamaño. El Ministerio de la Cultura y sucesivamente también el Ministerio de la Guerra además de controlar las publicaciones, tuvo el objetivo de suscitar entusiasmo alrededor de la guerra y de exaltar al mito de Mussolini como caudillo y padre de la patria.
NACIMIENTO DE LOS ARTÍCULOS DE OPINIÓN
En los periódicos encuentran cada vez más espacio especialistas y personajes de la cultura, que escriben en la que se llamará la tercera página dónde comentan, siempre de manera positiva todas las empresas "legendarias" del Jefe del Gobierno, introduciendo los que podemos definir los "artículos de opinión."
EL CINE
Se crea el cine. En 1925 se constituyó el Instituto Nacional L.U.C.E., o bien La Unión Cinematográfica Educativa, y todos los cines privados se cerraron. Éste fue un instituto de estado por la propaganda y la difusión de la cultura popular dónde fueron proyectados los noticieros gratuitos, obligatoriamente, todos los días y en todos los cines a partir del 1926, representa el más eficaz medio del régimen en el campo del espectáculo.
La temática más recurrente se convierte en el mito bélico con la consiguiente alabanza del patriotismo y unidad nacional. La Unión Cinematográfica Educativa se volvió el fulcro del cine y fue puesto a las directas dependencias del Jefe del Gobierno con la obligación de la supervisión directa de Mussolini sobre los materiales realizados. La producción del noticiero, hecho de imágenes tipo revista: abertura y cierre fueron dedicados a noticias que concernieron Mussolini o la Casa Real, y al interior encontraron espacio los documentales del extranjero.
EL CINE MÓVIL
En los años '30 nacen los estudios de “Cinecittà”, el centro experimental de cinematografía e importantes revistas de cine. El Estado sustenta pecuniariamente la industria cinematográfica y mira con simpatía, hasta la segunda mitad del año ‘30 al cine de evasión americano. Las salas en Italia fueron bastantes pero no cubrieron todo el territorio nacional; nació así el Cine móvil que proyectó película en las plazas de las ciudades a través de camión que se transformaron en cine al aire.
ORGANIZACIONES PARAMILITARES
Lleno de retórica, el fascismo creó un uniforme para cada italiano, de la más tierna edad hasta la madurez. Marcharon, desfilaron en cada país de Italia, al grito el Caudillo "Viva el Duce!"; Hijos de la loba, Pequeña italianas, Balilla, Vanguardistas, Jóvenes fascistas, mujeres y amas de casa rurales, saludando romanamente, caminando con el paso romano.
LA ESCUELA
En la escuela fascista, la enseñanza falseó la historia. La organización paramilitar de la escuela, el instituto de la Obra Nacional Balilla, O.N.B, constituida en 1926 monopolizó, desde las primeras clases primarias, el proceso de formación educativa de los jóvenes según el principio del lema: "creer, obedecer, combatir", que tendió a hacer esencialmente de cada ciudadano un "soldado", listo a contestarles a los órdenes y a ser fiel ejecutor de las directivas impuesta por el partido.
EDUCACIÓN FÍSICA DE MASA
Hasta los años '30 fue perseguida la realización de una educación física de masa. Mussolini a menudo les fue retrato en foto como aviador, esgrimidor, automovilista, caballero..., encarnando el símbolo de una concepción activista-viril del deporte y del Estado. El régimen de Benito Mussolini constituyó el primero ejemplo de empleo de la organización deportiva como instrumento de propaganda. Entonces el deporte como medio de socialización, de propaganda y de bienestar físico.
La prestancia atlética tuvo que representar un estado fuerte, dinámico listo a cada desafío sobre el plan internacional. Un valor como actividad educativa en sintonía con los valores de la "nación guerrera" difundidos por el fascismo. Un estilo de vida basado en la supremacía del más fuerte.
La política fascista tiene hacia las mujeres una dúplice actitud: de una parte las coloca a casa como ángeles del hogar, de la otra las implica en la participación al régimen en la búsqueda de un consenso a la dictadura.
INTELECTUALES Y PROFESORES
El fascismo también buscó el consentimiento explotando a los intelectuales de relieve. Todos los profesores tuvieron que ser inscritos al partido y firmar un documento donde declaraban la fidelidad al régimen. En caso contrario no habrían podido seguir con la enseñanza en todos los niveles educativos.