Una interpretación ética
Condolencias sinceras por el fallecimiento del señor Fernando Medrano Espinoza, padre de mis queridos y estimados amigos Fernando, Javier, Pepe y René. Descanse en paz.
El periodismo debe interpretar la información. Es indudable. Un periodismo que no lo hace se queda en la simple transmisión del dato, sin cumplir con su alta responsabilidad de alentar el pensamiento crítico, y construir opinión pública. Sin embargo, esa interpretación tiene límites. Los estudiosos de la materia coinciden en que hay cuatro requisitos que se deben cumplir al realizar esta tarea profesional de interpretación periodística: honestidad, equilibrio, exactitud e imparcialidad, todos ellos componentes éticos del profesional de la comunicación.
La honestidad implica que el periodista no ha recibido dinero para interpretar la información en un determinado sentido, sino que el contenido, cabezal y sumario, corresponden de manera genuina al interés general y crítico del ejercicio periodístico. También significa que desde su subjetividad ideológica, social, educativa y económica, busca interpretar lo más objetivamente posible la realidad.
Al interpretar equilibra colocando en la información las opiniones contrastadas, para que el lector construya opinión bajo la base objetiva de las diferentes versiones del hecho.
Busca la exactitud: No altera los datos ni los manipula. Los interpreta, pero los presenta a la vista, para que el lector tenga su propia revisión crítica de los acontecimientos.
Finalmente, el periodista, cumpliendo con estos parámetros alcanza la imparcialidad: evita ser parcial, atendiendo sólo a alguna de las partes en el contexto informativo. El lector lo percibe porque se queda con pocas dudas del contenido noticioso, ya que aborda los principales perfiles de la noticia.
Como se observa, la interpretación de la información para ser transmitida al público está limitada por la ética. No existe entonces una libertad absoluta.
Acotada de esta manera, la interpretación debe ser una constante práctica informativa, auxilio constante en la difícil tarea de analizar una excesiva comunicación social, plagada de contenidos, que bombardean al lector, colocándolo en una situación de indefensión.
En el exceso de información, la interpretación profesional que realiza el periodista se convierte en un instrumento indispensable del derecho a la información.