Las nuevas religiones
Todos los días podemos encontrar nuevas religiones. Guías, gurús, iluminados, maestros, profetas, sacerdotes, pastores, mensajeros celestiales, que descubren a tanta gente un destino, pues muchos vagan por esta vida sin rumbo, sin tener claro a dónde ir.
Promesas de sabiduría sublime que transportan a una existencia llena de emociones de placer y paz, que hacen la luz en las mentes oscuras para descubrir mundos antes inimaginables. Guiados por las estrellas del universo infinito. Almas perdidas en busca de una luz de rayos índigos que los lleven a su destino.
En este mundo donde se mezcla la fe, la ilusión y los sentimientos podemos encontrar gente bien intencionada y otros, no tanto, que convierten esas religiones en negocios muy lucrativos, prometiendo éxito en esta vida e, incluso, grandes fortunas económicas, fama y poder. No son pocos los ejemplos de gente mundialmente conocida por estar en el mundo del espectáculo que tienen la capacidad de arrastrar a muchos hacia esos paraísos fantásticos, pero que con frecuencia no son sino espejismos de oasis en el desierto.
Energías mayas, aztecas y toltecas. Pero también de culturas de la India, Egipto, la inmensa China, sin faltar religiones naturistas de origen vikingo en países nórdicos. En los últimos años no podrían faltar religiones de cienciología, que están más de acuerdo con los nuevos adelantos científicos. En fin, todas estas experiencias que algunos estudian como simples fenómenos sociológicos, en definitiva no son otra cosa que manifestaciones del hambre de Dios que tiene el ser humano.
Lo sobrenatural siempre ha resultado atractivo. Las promesas de poder entender los grandes misterios son como grandes imanes que atraen el interés de aquellos que no quieren ser ignorantes, pero que corren el peligro de terminar siendo víctimas de encantadores de serpientes. La magia y la superstición se mezclan también con la ignorancia, pero imprimiendo una conciencia de superioridad que los pone por encima de los demás.
Hemos de reconocer que nos ha faltado profundizar en el conocimiento de nuestras personales creencias. Doctrina clara y segura para evitar tanta confusión.