El Heraldo de Chihuahua

Doña Ofelia llegó a la excelencia como madre

Reciben el pésame, la familia Baeza

- REYNA MUÑOZ/ El Heraldo de Delicias

“Ella actuó siempre con alegría, cual sutil expresión del amor”, dijo con voz entrecorta­da el doctor Baeza, en nombre de la familia en luto.

“Puedo seguir hasta el final, a mi manera”, se escuchaba con fondo de mariachi, la canción que concordaba con la vida de quien como lo expresó su hijo mayor, “llegó a la excelencia como madre”. Era el funeral de doña Ofelia Terrazas de Baeza, quien ahora está con su esposo don Francisco, quien partió diez años atrás. “Ella actuó siempre con alegría, cual sutil expresión del amor”, dijo con voz entrecorta­da el doctor Baeza, en nombre de la familia en luto.

Aunque las figuras presentes representa­n un sector importante de la política chihuahuen­se, esta vez no se trató de asuntos de esta índole, la reunión fue motivada por la pérdida irreparabl­e, de la mujer que forjó con grandes principios a seis hijos, dos mujeres y cuatro varones, exitosos todos y de buen carácter, dos de ellos con liderazgo nato, uno ex gobernador de nuestro estado, otro ex alcalde de Delicias, ambos nativos de la tierra de los Vencedores del Desierto.

El tío Fernando Baeza, figura insigne del priismo, también ex alcalde de Delicias y ex gobernador de Chihuahua, no podía faltar a este encuentro de la condolenci­a y del abrazo moral para sortear este duelo. Los Villalobos, los Orviz, los Alderete, los Domínguez de la capital, fueron algunos de los muchos apellidos que apareciero­n en escena, empresario­s, comerciant­es y gente de la clase popular, por supuesto hermanos, sobrinos y demás consanguín­eos, se hicieron presentes para llenar el majestuoso templo de la ciudad, y expresarle a los descendien­tes de doña Ofelia su pesar por la pérdida de su progenitor­a.

Un mariachi y una voz femenina de soprano hicieron más emotiva la ceremonia de honras fúnebres. Para oficiar la misa acudió el obispo de Cuauhtémoc, Juan Guillermo López Soto, le acompañó el párroco de Cristo Rey, Javier Hernández, y complement­ó el decano sacerdote de Meoqui, el padre Andrés Baeza, allegado a la familia enlutada. Tanto el doctor Francisco, el licenciado José Reyes, el ingeniero Héctor, así como Sergio, Graciela y Leticia, recibieron innumerabl­es muestras de apoyo en esta difícil jornada.

Fue a la una de la tarde cuando de las capillas de Fátima fue trasladado el cuerpo de la señora Ofelia al templo de Cristo Rey, para la emotiva misa que duró la hora completa. Sus muchos nietos también vivieron este momento de dolor, aunque como lo expresó el doctor Francisco Baeza, hijo mayor de la familia, “hay mucha paz y resignació­n, pero no es cualquier cosa”, durante el mensaje sumamente emotivo que comenzó con voz uniforme y culminó con el inevitable nudo de garganta, pues cómo no, cuando se trata de despedir a una madre.

“Llegó a la excelencia como madre, forjó una familia con los principios básicos de Dios, ella actuó siempre con alegría”, continuó el mensaje del mayor de los hijos, ante los ojos llorosos y suspiros de los presentes. La alegría de doña Ofelia se palpaba fácilmente en su mirada, en su actitud ante la vida, siempre con una sonrisa por delante, fue recordado en el momento. Recuerdo que segurament­e quedará por siempre, o eventualme­nte, por el final común que todos tenemos. “En plena agonía, ella decía estar bien, esa es la prueba del modo de vivir que tuvo”, añadió el médico Baeza, “sus ojos y sus brazos, lo decían todo” acotó, sollozando, para finalmente, solicitar un gran aplauso para celebrar la vida de la matriarca.

La parte más pesada desde luego, el sepulcro, el último puño de tierra. Así entonces, la familia Baeza Terrazas y su árbol genealógic­o le dijo no adiós, sino hasta luego, a quien para todos ellos representa la motivación para seguir en el camino que les enseñó, en la senda que les heredó, para ser personas de bien. Descanse en paz, doña Ofelia Terrazas de Baeza.

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