Servirán misioneros lasallistas en 22 poblaciones de la Sierra
Más de 300 estudiantes de secundaria y preparatoria de la Capital, Cuauhtémoc y Camargo, exalumnos, maestros y familiares viajaron ayer a las comunidades que evangelizarán durante la Semana Santa
Misioneros sin Fronteras, los 537 misioneros de La Salle partieron a 22 comunidades de las diócesis de Cuauhtémoc-Madera y la Tarahumara a compartir, dar testimonio y celebrar la liturgia de la Semana Santa, llevando la alegría de despojarse de sí mismos durante 9 días y servir al prójimo en tiempo, esfuerzo y amor fraternal.
De la ciudad de Chihuahua acuden más de 300 estudiantes de secundaria y preparatoria, a los que se suman Universidad La Salle Chihuahua, Ulsa Cuauhtémoc, Ulsa Camargo, exalumnos, directivos, maestros y familiares, que conforman la gran familia lasallista.
Esta Semana Santa 2018, es la 33 misión por parte de Chihuahua, y a nivel distrito, en la zona norte del país, es la número 36, bajo el lema “Misioneros sin Fronteras”, que tiene como logotipo un gorrión, por ser el pájaro que representa la diversidad de los colores, la forma en que se cruzan fronteras, no nada más las geográficas, sino en la parte personal, cruzar los límites propios y cómo llegar a quienes visitan.
Cada año se identifican con un color diferente, y en esta ocasión y para encontrarse en la diversidad del pueblo, se escogió el color naranja fosforescente.
Durante la misión, se lleva ayuda espiritual, a vivir el tiempo litúrgico de la Semana Santa, con catequesis, celebraciones de la Palabra, celebración del Domingo de Ramos, lavatorio de pies, el Viacrucis, la ceremonia del Fuego Nuevo, aparte el área humana, que es hacer mejoras en el pueblo, realizar manualidades con ellos, se celebra una fiesta popular, una mini olimpiada, concursos, en una forma muy completa de participar con el pueblo.
Se espera el regreso el próximo domingo primero de abril, con misa de recepción a las 14 horas en el gimnasio de La Salle.
Durante la despedida, las familias acudieron a desear un buen viaje a los jóvenes estudiantes y exalumnos de la institución, en un acto que congrega las familias encomendando a los misioneros a Dios.
Durante la oración de despedida,
SEBASTIÁN BARRIO ESTUDIANTE DE MEDICINA
”Ser misionero es algo que me nació desde temprana edad y fue también por seguir a mi hermano, que también es misionero, y mis amigos. Sin la experiencia de las misiones sería una persona muy diferente, porque cada viaje ha definido mi vida”.
ADRIANA QUINTANA
ESTUDIANTE DE MEDICINA
“Soy misionera porque aprendo más de las personas, me hacen querer ser mejor y enriquecen mi corazón. He cambiado mi forma de ver a Dios, lo reconozco en lugares que antes no veía, como en cosas simples. Para esta misión, quiero aprender más y ser mejor”.
dirigida por el hermano coordinador de la misión, se realizó una acción de gracias por los jóvenes misioneros para ser testimonio que el Señor hace en sus vidas, y por el compromiso e integración con la fraternidad para el servicio a las personas que se van a visitar y dejar huella en el actuar, testimonio y estilo de vida.
“Pedimos por cada una de las personas para que verdaderamente logremos dejar una huella en cada uno de ellos con nuestro actuar, testimonio y estilo de vida. Finalmente le pido al Señor, que no sólo vayamos a aprender y a compartir, sino que adoptemos como un estilo de vida; no ser misioneros por 9 días, sino a lo largo de la vida”, expresó.
Para cerrar, cada uno de los misioneros solicitó a sus padres la bendición, que fue acompañada de abrazos, en algunos casos lágrimas y sonrisas de realizar una actividad a favor del prójimo y de celebrar el próximo domingo un feliz regreso.