Esta demanda abstencionista podría parecer
estar dirigida a la “Grandota de Camargo”, la famosa Lucha Villa, pero no, la petición era para los habitantes de la colonia Francisco Villa, a quienes sus líderes conminaban a rechazar partidos y elecciones por considerarlas ilusiones.
Los jóvenes actuales son una generación que ve los procesos electorales a través de una compleja tecnología y una conceptualización que aporta fake news, posverdades, guerra sucia, voto racional y emocional, millones de spots y muchas otras sofisticaciones, pero, tal vez no conozcan que una o dos generaciones atrás se convocaba al pueblo a no votar mediante grandes movilizaciones, volanteo, perifoneo, pintas en bardas y otras modalidades publicitarias.
En el caso concreto de un sector de la izquierda agrupado en lo que generalmente se denominó Movimiento Urbano Popular (MUP) que en Chihuahua tuvo como eje a la colonia Francisco Villa, prácticamente desde su nacimiento en 1968 hasta 1985 llamaron al “no votes” y combatieron las elecciones y a los partidos que se integraban al proceso electoral.
Ahora bien, ¿de dónde surgió la idea abstencionista del CDP? La respuesta se encuentra en que la gran masa que conformó primero la colonia Villa y posteriormente el Comité de Defensa Popular estaba integrada por sectores desposeídos, muchos de ellos en pobreza extrema sin respuesta efectiva a sus necesidades y demandas de parte de gobiernos y del propio Estado mexicano.
Del mismo modo, se sabe que los líderes estuvieron influenciados por los movimientos guerrilleros que se iniciaron en 1965 en Madera, Chihuahua, y desde luego por las repercusiones de la respuesta del Estado mexicano al movimiento estudiantil de 1968 con sus estelas de represión y persecución. Esto llevó a una gran decepción y rechazo a las propuestas “democráticas” de los gobernantes.
De todo esto surgió un caldo de cultivo concretizado en argumentos para llamar a no
participar en las elecciones. Se planteó que involucrarse en éstas, sin un verdadero partido de los trabajadores, llevaría a fortalecer a la burguesía incapaz de producir un cambio estructural revolucionario, además se tachó a las prácticas electorales y sus reformas (Echeverría 1973) como engaños y formas ineficaces de enfrentarse a las grandes necesidades del pueblo.
Como se sabe, desde el inicio, la organización de colonos mantuvo una constante contradicción con los tres niveles de gobierno y con los partidos, especialmente con el PRI y el PAN. Las relaciones fueron de hostilidad, violencia y en algunos casos, sobre todo vía PRI, hubo intercambio de intereses.
Con todo, para 1980 el CDP se había convertido en un actor socialmente poderoso y en el conjunto las aproximadamente veinte colonias que integraban la organización demostraban una creciente mejora en sus estrategias y tácticas de lucha, lo cual les permitía convocar a una buena parte de los 150,000 habitantes asentados en su zona de influencia a no votar por “los partidos burgueses” y al mismo tiempo desplegaban su estrategia principal: movilización-negociación y cada vez exigían un lugar más privilegiado en el concierto social y político de la época.
Por esos años, los activistas de la colonia Villa tanto recorrían las colonias del CDP como otros sectores de la ciudad para seleccionar las mejores bardas y desde la posibilidad de “las pintas” redactar: “El pueblo no votará por sus verdugos”, “Las elecciones son ilusiones”, “Los burgueses no tienen sentimientos” y desde luego la consigna estrella: “No votes, lucha Villa”. Los activistas recorrían la ciudad con botes de pintura, brochas y un ánimo abstencionista que les llevó a enfrentar autoridades y miembros de los partidos, por lo que frecuentemente regresaban a su cuartel con golpes y en ocasiones llenos de pintura al ser castigados por sus rivales vaciándoles el líquido sobre sus cabezas.
Los teóricos afirman que el movimiento social es un proceso dinámico y no un hecho aislado. Esto significa que el MUP nace de grandes necesidades del pueblo, no sólo en Chihuahua, sino en muchas partes del país, y en sus primeras etapas su forma de organizarse les llevó a una confrontación con el Estado considerado clasista y represor, y por ello, el llamado a no votar se hacía con gran énfasis y con acciones que incluso llevaban a “espantar” a los electores el mero día de la elección en las casillas donde la organización tenía un relativo control.
Posteriormente se dieron grandes cambios en las estrategias de lucha y en ello jugaron un papel importante las nuevas realidades nacionales; las resoluciones del Estado mexicano como fue la Reforma Electoral de 1977 y la evolución de las propias organizaciones de masas del país. Éstas empezaron a preocuparse menos por caracterizar al “Estado burgués” y más por intercambiar experiencias, lo cual llevó a conformar la Coordinadora Nacional del Movimiento Urbano Popular (Conamup) y la Coordinadora Revolucionaria Nacional (CRN) en 1978. Posteriormente se desató un gran debate acerca de participar o no en las elecciones.
Fue así como para 1985, después de varios años de abstención, los líderes de la colonia Villa declaraban: “…militantes del CDP han decidido participar en los procesos de elecciones, debido a que no es posible que unos cuantos estén tomando las decisiones que deberían ser emanadas de todo el pueblo". Adán Sigala fue más preciso y señaló: "Ante la derechización y desnacionalización promovida por el PAN y la corrupción institucional del PRI, al pueblo de Chihuahua sólo le queda la unión de las fuerzas de izquierda. Contamos con cerca de 200 mil miembros en la entidad, decididos a dejar el abstencionismo y participar electoralmente y derrotar al PRI-panismo que prevalece en el estado” (Novedades 13/05/ 1985).
Vinieron otros tiempos, nuevas percepciones y la consigna: “No votes lucha Villa”, dio lugar a otra más moderna y ambiciosa: “Luchamos para comer y también por el poder”.