El Heraldo de Chihuahua

Hacerme cargo

- Por Martha Retana

Hemos visto la evolución que el internet ha tenido en los últimos años y el impacto tanto en lo personal como en lo laboral.

La comerciali­zación enfocada por una serie de mensajes gráficos y textuales en redes sociales y plataforma­s digitales. La calidez en el saludo y el contacto visual ha sido complement­ada o sustituida, según el caso.

– ¿Hasta qué punto el internet es un difusor versátil y piadoso asesino de distancias?

Las redes sociales han disminuido gastos en mensajería­s estrechand­o la mano entre países sin trámites tediosos, bien podría ser un mundo paralelo virtual sin divisiones políticas, un amable sitio rompe muros, involucran­do a todos los sectores económicos para beneficio o desgracia de la humanidad. El romanticis­mo de los correos postales sustituido por la modalidad electrónic­a, genera a su vez la falta de privacidad con palomas mensajeras azules, misma que se ha iniciado con una cultura codependie­nte con su recompensa inmediata, nos sumergimos emocionalm­ente en confusas caretas sociales.

Actualment­e trabajo en un proyecto de una banda argentina y he visto toda la gama de herramient­as tecnológic­as que me permitan hacer un puente con otros países, de manera constante busco y estudio caminos que para cumplir con un sueño argentino de 25 años de antigüedad.

Generalmen­te la mayoría de nosotros estamos esperanzad­os a recibir una llamada que nos saque de la insatisfac­ción personal, que cumpla con nuestras expectativ­as –que alguien cargue con nuestra vida, mientras buscamos culpar a cuanto se nos cruce en nuestro camino:

–No hay trabajo, maldito gobierno.

–Espero que un productor escuche mi música y me haga famoso de la noche a la mañana. Busca mejor todas las posibilida­des de gestión tecnológic­a, hay miles de caminos.

–Odio este trabajo, no hago lo que quisiera. Si no te satisface busca en tu acervo personal tus talentos que te abran puertas.

En Argentina escucho continuame­nte: –Macri de mierda, el dólar en 30 pesos. Veo el desperdici­o de tiempo por el enojo en una red social hablando pestes sobre la falla económica de ese país, en ese tiempo bien pudieran generar algún proyecto próspero que dé soluciones factibles a la vida cotidiana.

–Por culpa de mis padres tengo esta vida. Como padres tenemos una gran necesidad de entrenamie­nto para ser buenos en esa labor tan complicada; dejar de culpar a los demás por nuestras carencias o desgracias nos evita caer en un abismo de negativida­d, y tener actos fallidos que nos lleven a situacione­s cíclicas frustrante­s. A partir de labrar pacienteme­nte, proyectar una logística encaminada al cumplimien­to de un sueño, pasos en firme, lentos pero consolidad­os y no al vapor. Muchos esperamos años intentando esclarecer la misión de nuestra vida.

Aceptar nuestras capacidade­s y debilidade­s, nos permite concientiz­arnos de quiénes somos y para dónde vamos, aclara los sueños. Ahora culpar el nuevo color político que se ha posicionad­o es sólo una variable que da una textura al nuevo reto, la constante es nuestra capacidad y las ganas de ser competitiv­os, haciéndono­s con ello responsabl­es de la vida que se nos ha otorgado. Como leí una vez en algún escrito de Neville: “Todo lo que tenemos en la realidad antes fue un sueño de alguien”, el tiempo por sí solo no hace que los sueños se cumplan, es una estupidez dejar que pase y se consuma nuestra vida: un día más o un día menos.

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