La colonia Industrial y la democracia renovada
Se afirma que el voto del domingo pasado fue un voto de castigo contra los usos y costumbres de la democracia en México. Un golpe contundente al descrédito de los partidos y a la corrupción emanada de ellos. Se dice también que los votantes fallaron contra la democracia que tenían, pero le devolvieron la credibilidad y se hicieron parte de ella.
En la colonia Industrial al igual que en otros barrios de la ciudad de Chihuahua el 1 de julio pasado se dio un fenómeno consistente, por una parte, en un voto de rechazo a anacrónicas formas de ejercer el poder, y por otra, a la confirmación de recientes modalidades de gobernar lo cual en lo general lleva a un voto de legitimación de la democracia y a un nuevo reparto de la representación y el poder materializado entre otras cosas en el quiebre del bipartidismo.
Este preámbulo da pie para comentar que los ciudadanos al devolverle la credibilidad a la democracia se fundieron con ella y se convirtieron en sus principales beneficiarios. Esto significa que se abren canales de participación ciudadana que encontrará su ejercicio concreto en expresiones vecinales y comunitarias en vínculo con respuestas adecuadas de las autoridades.
A manera de estudio de caso se presenta a la comunidad de la colonia Industrial que por un lado, sufre como otras, problemas de inseguridad, económicos, equipamiento y de servicios públicos, y por otro, la disposición de enfrentar estas dificultades de forma organizada a través de diversas expresiones ciudadanas e institucionales como podrían ser el Club Deportivo Colonia Industrial, los jubilados de la glorieta Jesús García, el Sindicato de Ferrocarrileros y uniones de comerciantes que ofrecen varios servicios a lo largo de las avenidas Hidalgo y La Junta, además de un gran sentimiento de pertenencia a la comunidad identificada con el ferrocarril y el deporte.
Estos y otros grupos organizan desde hace muchos años festejos por el Día del Ferrocarrilero, por ciertas fiestas cívicas y religiosas, y por el aniversario de la fundación de la colonia. Lo hacen en medio de un ambiente de solidaridad, de compañerismo y de entrega a un espacio que aman por sus tradiciones y legado obrero, deportivo, cultural y de lucha por salir adelante. Y no paran ahí, sostienen que la colonia Industrial es un barrio típico, representativo de lo que es la ciudad de Chihuahua, pero urgido de atención en diversa problemática.
El conjunto de personas que perciben su barrio como una comunidad tradicional es sin duda una
expresión de participación ciudadana porque además están dispuestos a trabajar porque se consoliden ciertos rasgos representativos y se atiendan, con su colaboración, aspectos que lleven a convertir a la colonia, en un atractivo para toda la comunidad de Chihuahua y de otras partes del estado, del país y del extranjero.
Algunos como los jubilados de la glorieta, hombres maduros y forjados como diría el poeta “en el crisol de la vida misma”, aprecian bastante la documentación de la historia de la colonia, porque, sostienen que es una forma de recordar el pasado y no perecer por el olvido, pero además una manera de enseñar a las nuevas generaciones el cómo nació y se desarrolló la comunidad de sus padres y abuelos, por lo que afirman con enjundia: “Nuestro querida colonia tendrá que ser reconocido como barrio tradicional”.
Afortunadamente saben lo que implica tal reconocimiento y el amor por su terruño los lleva a entender que la colonia Industrial se articula además con otras comunidades antiquísimas como son el Barrio del Norte y el de Nombre de Dios, pueblo fundado con indios conchos antes de 1678 y el barrio del Santo Niño, comunidad hermana de la Industrial.
También están conscientes de que la participación ciudadana debe tener como complemento una respuesta de la autoridad municipal, estatal y federal que permita la regeneración de estos barrios, desde iniciativas como el mejoramiento de banquetas, arborización, instalación de mobiliario urbano y señalética con identidad propia del barrio y restauración de edificios históricos, además de apoyos para proyectos productivos tales como artesanías, comida típica, diversos servicios, visitas guiadas, etcétera.
“¡Imagínense! -comentan- que revivieran el tranvía que trasladaba a la gente de la plaza Merino hasta Nombre de Dios y hasta las Quintas Carolinas, y que pasara, como antes, por en medio de la Industrial, donde los jóvenes podrían incorporarse a cierta economía local y hombres y mujeres ejercerían una industria turística derivada de un barrio tradicional”.
Sueñan también con compartir con toda la ciudad las tradicionales verbenas que antaño se celebraban semana a semana en la plaza Jesús García y recrear el ambiente familiar a lo largo de la avenida Hidalgo.
Es por ello que desde estas manifestaciones ciudadanas se hace un llamado a las autoridades reelectas, a las ya establecidas y a las que vendrán después de diciembre próximo a que aprecien estos reclamos, y desde luego apoyen la iniciativa ciudadana de los habitantes de la colonia Industrial por convertir su colonia en un barrio típico reconocido en el cual se establezcan proyectos turísticos y de empleo que beneficien a la comunidad chihuahuense en su conjunto.
Los vecinos mencionados tal vez desconozcan marcos legales como la Ley de Monumentos Artísticos e Históricos, pero su empuje los lleva a proponer y a participar en el rescate de y conservación de la fisonomía de su colonia a través de convertirla en un barrio histórico y zona tradicional de la ciudad. Están dispuestos a comprometerse como ciudadanos a fomentar programas en vínculo con la autoridad para hacer de su barrio un área que identifique a la ciudad e incremente el sentido de pertenencia de los vecinos con la comunidad, mediante la restauración, rescate, conservación y protección de este espacio urbano, en lo físico; así como promover y desarrollar su vocación económica, cultural y recreativa-turística.
Considerar estas expresiones ciudadanas sin duda será una forma de responder al voto de legitimación de la democracia que se dio el 1 de julio pasado.