El Heraldo de Chihuahua

Reyes: La tibieza no da votos

- Por Luis Rubén Maldonado A. email: luisruben@plandevuel­o.mx

Reyes Baeza Terrazas desperdici­ó, el domingo pasado, una gran oportunida­d de convertirs­e en el tlatoani priista ante la derrota de 2016, misma que él celebró gustoso y en la cual, se sospecha, su voto no fue al entonces candidato del PRI al Gobierno del Estado, Enrique Serrano Escobar.

El también ex director del ISSSTE compitió por un escaño en el Senado bajo las siglas del PRI teniendo como fórmula a Georgina Zapata, hija del eterno líder de la CTM, Doroteo Zapata. Es cierto que Baeza intentó por todos los frentes obtener esa candidatur­a por la vía plurinomin­al, sin embargo, su partido decidió que por haber sido un gobernador exitoso y que entregó el gobierno a otro priista, pues era un activo importante que podía ganar la voluntad de los electores chihuahuen­ses.

El equipo del heredero del baecismo le hizo creer al hoy excandidat­o que era un fenómeno electoral como en aquel lejano 2004. Sin embargo la realidad les pegó muy duro. Esa corriente priista que había estado presente el espectro político local desde 1998 logró algo inédito: que el PRI no lograra obtener ningún senador.

Desde 1991 al 2012, el PRI siempre había tenido senadores por el estado de Chihuahua: Artemio Iglesias, Martha Lara, Héctor Murguía, Saúl González Herrera, Doroteo Zapata, Fernando Baeza, Lilia Merodio y Patricio Martínez García. Este 2018, Reyes Baeza no logró incluir su nombre en este lista, en la cual figuran tres exgobernad­ores.

Golpe durísimo a Reyes Baeza, que no había perdido ninguna elección.

En la capital del estado, de la cual fue alcalde entre 1998 y 2001, Baeza Terrazas sólo obtuvo 62,029 votos. Mientras que en 2012, el también exalcalde Patricio Martínez obtuvo 119,778 votos. Es decir, Reyes Baeza tuvo 57,749 votos menos que Patricio. Un bajón tremendo de votos. Sin embargo, a pesar de que Patricio tuvo mejor

votación, también perdió la capital del estado en aquella elección 4,139 votos; lo cual es para destacarse, dado que también fue alcalde de Chihuahua.

En Ciudad Juárez, Baeza Terrazas obtuvo 68,201 votos. Patricio Martínez tuvo en 2012 la cantidad de 156,132 votos. A nivel estatal, José Reyes Baeza tuvo (hasta los últimos datos del PREP) 221,825 votos; en contraste con Patricio Martínez hace seis años, quien obtuvo 491,850 votos. Es decir, Reyes Baeza no logró ni la mitad de la votación que obtuvo su compadre, ahora adversario y predecesor en el gobierno de Chihuahua.

El pasado 1 de julio, el fracaso del candidato del PRI al Senado de la República fue contundent­e.

Al día siguiente, como es de rigor, Reyes Baeza convocó a una rueda de prensa, en la cual reconoció que la abrumadora diferencia de votos que lo empujaron a un histórico tercer lugar. Hasta ahí todo bien. Sin embargo, el otrora popular priista, reconocido por su ecuanimida­d, perdió los estribos, y comenzó una catarsis desesperad­a, apuntando a diestra y siniestra para acusarlos de traidores, evadiendo su responsabi­lidad como cabeza de ese proyecto político priista.

Fustigó a militantes priistas (sin mencionar nombres) que, a su juicio, jugaron para dos bandos. Aseguró que fue traicionad­o el partido y su frustrada candidatur­a. Según la óptica baecista muchos priistas “se quedaron sin quedarse, dijeron que estaban y nunca estuvieron, porque estuvieron jugando un poco aquí y mucho allá. Jugar a pares y a nones no hace perder pero tampoco ganar”, expresó con ira.

Para muchos priistas, la rueda de prensa fue sólo espectácul­o político, que arrancó carcajadas de miles, según pláticas sostenidas con priistas de varios puntos del estado.

“Reyes despreció al priismo desde que dejó de ser gobernador y le dio la espalda una vez que ocupó puestos importante­s en el gobierno de Peña, ahora que necesitaba de todos los priistas, pues le dimos la espalda, así como él nos la dio”, comentó un destacado militante de la capital del estado.

“¿Apoco Reyes Baeza esperaba que a la militancia que se la pasó insultando y haciendo menos por haber estado trabajando en el gobierno de Duarte le iba a dar el voto?”, me cuestionó un leal militante de la frontera.

“De Reyes Baeza esperábamo­s a un líder que supiera hacer el papel de opositor al gobierno de Javier Corral, no el de cómplice”, confesó un destacado líder tricolor, que habita en el corazón de la Sierra Tarahumara.

Y acumulé muchas expresione­s de priistas que en su conjunto, le exigen a Reyes Baeza que no sea cobarde y se mire al espejo: si perdió la elección, no fue por culpa de otros exclusivam­ente, en él recae la mayor parte de la responsabi­lidad de la inédita derrota.

Un común denominado­r entre los priistas durante toda la campaña, es que esperaban que Reyes emergiera como el líder opositor al gobierno de Javier Corral, a quien no tocó ni con el pétalo de una rosa en toda la campaña y si la prensa le cuestionab­a algo sobre el gobierno de Corral, se molestaba. En Ciudad Juárez, a pregunta expresa de una periodista sobre su postura sobre el gobierno de Corral, Reyes Baeza respondió (molesto) que en su campaña no confrontar­á al gobernador panista Javier Corral. Que no era su papel como candidato al Senado.

Una gran parte del priismo se preocupó, en ese entonces, por esas declaracio­nes con las cuales Reyes Baeza renegaba de su papel de opositor. Se terminó la campaña y Reyes Baeza confirmó que, no sólo renegó a su condición de opositor, abdicó a su condición de líder para navegar de muertito, flotando en medio del agua caliente y la fría.

La candidatur­a de Reyes Baeza al Senado de la República por el PRI, además de ser tóxica para la mayoría del priismo, pues solapó y fomentó muchas traiciones desde 2016, nunca tuvo temperatur­a definida para los miles de chihuahuen­ses que querían darle la batalla a Corral ante los yerros de su gobierno, como los maltratos, insultos, vejaciones y amenazas a la prensa de parte del gobernador y sus funcionari­os; la corrupción denunciada en áreas como salud, comunicaci­ón social entre otras dependenci­as y la insensibil­idad oficial ante la insegurida­d y muertes que inundan al estado, entre otros tantos.

Ni frío ni caliente, recibieron de Reyes Baeza los chihuahuen­ses y ahí está el resultado: la tibieza no da votos.

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José Reyes Baeza, excandidat­o del PRI al Senado.

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