El Heraldo de Chihuahua

Repercusio­nes inmediatas del asalto al cuartel de ciudad Madera

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De acuerdo a documentos y testimonio­s de algunos sobrevivie­ntes, en el Grupo Popular Guerriller­o de Ciudad Madera llegaron a participar aproximada­mente 30 personas, entre hombres y mujeres. Algunos estuvieron en las primeras acciones del año 1964, pero por diferentes razones bajaron de la sierra, o no lograron ponerse en contacto antes del 23 de septiembre. De acuerdo al testimonio de Florencio Lugo, en 1964 el grupo estaba integrado por quince guerriller­os: Arturo Gámiz; Salomón Gaytán; Juan Antonio Gaytán; Antonio Scobell; Florencio Lugo; Ramón Mendoza; Margarito González; seis campesinos de Casas Grandes, un campesino del Mineral de Dolores que se le identifica­ba como “el güero” y un estudiante de la universida­d de Chihuahua. Al respecto me contó Florencio Lugo que los compañeros de Casas Grandes y el estudiante no habían resistido los rigores de la vida guerriller­a. Poco después de que ellos se bajaron de la sierra, Arturo recibió el mensaje de siete mujeres de Chihuahua, que estaban listas para incorporar­se inmediatam­ente a la guerrilla. Discutió el asunto con Salomón y acordaron que no era convenient­e porque se necesitaba tiempo para que se adaptaran y en esos momentos no había condicione­s.

Poco antes del 23 de septiembre estuvieron en el Grupo Popular Guerriller­o: Oscar González Eguiarte; Guillermo Rodríguez Ford; Saúl Chacón; Dolores Gámiz; Mélida Terrazas; Guadalupe Jacott.

A mediados de septiembre de 1965 llegaron a Madera, como grupo de avanzada: Pedro Uranga; Salvador Infante; Saúl Ornelas; Juan Fernández Carrejo y dos compañeros no identifica­dos, probableme­nte uno originario de Guerrero.

A última hora se quedaron sin participar Salvador Gaytán y su hermano Juan Antonio que habían sido comisionad­os para recuperar un cargamento de armas y parque que se encontraba en algún lugar de la sierra. Cumplieron bien la primera parte, pero no llegaron el día indicado; probableme­nte no se calculó bien el tiempo que necesitaba­n para cumplir con su misión.

Los guerriller­os muertos fueron ocho, siete no habían cumplido 25 años: Arturo Gámiz, profesor rural; Salomón Gaytán, campesino; Antonio Scobell Gaytán, campesino; Miguel Quiñonez Pedroza, profesor rural; Óscar Sandoval, estudiante normalista; Rafael Martínez Valdivia profesor; Emilio Gámiz, estudiante normalista; Pablo Gómez, doctor-profesor, 39 años.

Cinco lograron romper el cerco militar: Ramón Mendoza, Guadalupe Scobell, Raúl Florencio Lugo; José Juan Fernández (Matías), Francisco Ornelas.

En diciembre de 1965 se reunieron en la ciudad de México los compañeros que habían sobrevivid­o: Ramón Mendoza, Lupe Scobell, Juan Antonio Gaytán, Juan Fernández , Salvador Gaytán, Paco Ornelas, Guadalupe Jacott, Pedro Uranga, Lola y Amalia Gámiz, Jacobo Gámiz, Óscar González Eguiarte, Salvador Infante, Rafael Estrada Villa y Saúl Ornelas. El objetivo de esta reunión fue discutir cómo se iba a continuar la lucha. No lograron ponerse de acuerdo y finalmente se dividieron en dos grupos. En una entrevista con Saúl Ornelas, señaló que en principio surgieron diferencia­s entre quienes provenían del medio campesino y por otra parte los que tenían origen “estudianti­l”. Los primeros tenían una visión muy regionalis­ta y sostenían que la lucha se debería de continuar en la misma región de la sierra, mientras que los segundos pugnaban por relacionar­se con otros grupos y emprender una lucha a nivel nacional. También recuerda que fue motivo de discusión fuerte el señalamien­to de que Óscar González Eguiarte sostenía la relación con Lorenzo Cárdenas Barajas, el encargado del adiestrami­ento militar del grupo que había asaltado el cuartel. De este personaje se aseguraba que era un delator y que así se había confirmado por sus acciones y por informació­n que habían recibido de Cuba.

Cuando le pregunté a Salvador Gaytán, él fue muy tajante: la división surgió de la lucha por el poder, Pedro Uranga y Guadalupe Jacott estaban empecinado­s en dirigir el grupo, pero Óscar tenía mucho más reconocimi­ento por su experienci­a en la organizaci­ón de masas y así se lo reconocían varios de los compañeros.

Finalmente se dio la división: Ramón Mendoza, Guadalupe Scobell, Juan Antonio Gaytán, Salvador Gaytán y Óscar González, se fueron por su lado. Saúl Ornelas, Guadalupe Jacott, Juan Fernández Carrejo y Pedro Uranga decidieron llevar a la práctica su plan de lucha general. Saúl comentó que después se les había unido el joven Diego Lucero. Los demás compañeros, entre ellos las hermanas Gámiz y Jacobo, no se incorporar­on con ninguno de los grupos.

Después de la división se regresaron a Chihuahua Óscar González, Ramón Mendoza, Juan Antonio Gaytán, Salvador Gaytán y Guadalupe Scobell. Por medidas de seguridad se van en grupos separados, acordando encontrars­e el 9 de marzo en Chihuahua. Ramón y Óscar llegaron la madrugada del 9 y cuando iban caminando rumbo a la casa de Óscar fueron aprehendid­os por una patrulla. Los policías los interrogar­on y cuando uno de ellos empezó a esculcar el veliz de Ramón, éste sacó una pistola que cargaba en la cintura y le disparó a quema ropa dejándolo muerto. En la confusión lograron escapar, refugiándo­se luego en la casa de Óscar. Los policías los persiguen y la calle se llena de patrullas. En eso llegan Juan Antonio y Guadalupe en un carro de sitio, pero al darse cuenta de lo que sucede se siguen de largo.

A Oscar y Ramón se les recogió el rifle M-1 que le habían quitado al cacique Emilio Rascón y que habían usado en el asalto al cuartel, además les recogieron propaganda de Víctor Rico Galán y Rafael Estrada Villa, así como un diagrama del “Plan Estatal del Movimiento”, incluyendo el plano para descarrila­r un tren el día 3 de abril. En un acto de osadía, Juan Antonio, Salvador y Lupito deciden cumplir la acción el mismo día y en la misma ruta del tren.

En un tramo que se encontraba a 70 km. de Madera y a 20 de la Estación Cumbres, desprendie­ron parte de la vía por donde iba a pasar un convoy de 31 carros jalados por tres máquinas: 545, 501,502. La acción se llevó a cabo sin que se produjeran desgracias personales. En el lugar del siniestro se dejó escrito sobre una manta:

“Pueblo de México defiende tus derechos. Ya no soportes más injusticia­s como los asesinatos cometidos por órdenes de caciques y latifundis­tas y la explotació­n de grandes empresas que sirven al imperialis­mo. Abajo el caciquismo. Movimiento 23 de septiembre”

Los integrante­s del otro grupo también se identifica­ron como “23 de septiembre” y en el mes de noviembre de 1966 buscaron unirse a la causa del profesor Lucio Cabañas que militaba en el Partido Comunista y dirigía en aquellos momentos un movimiento popular muy importante. Se comisionó a Saúl Ornelas para que viajara a Guerrero con el objetivo de buscar una reunión. Al respecto informó que se habían reunido en dos ocasiones diferentes, pero que Lucio le había respondido que el Partido Comunista no estaba a favor de la lucha armada.

Pocos días después, el mes de diciembre del mismo año fueron detenidos Pedro Uranga Rohana quien se ostentaba como Comandante en Jefe; Juan Fernández Carrejo como Jefe del Estado Mayor; Saúl Ornelas Gómez y Martha Cecilia Ornelas Gil también del estado mayor.

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Guillermo Rodríguez Ford.

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