El Heraldo de Chihuahua

Pedir perdón es de católicos

- GRUPO AREÓPAGO/ Colaborado­r

Se ha afirmado repetidame­nte, si bien en diferentes contextos y ante distintos escenarios, que el perdón es una cuestión moral y, por tanto, no procede en supuestos de esta naturaleza exigir que los responsabl­es de daños causados a otros pidan perdón a sus víctimas y a todas las demás personas indirectam­ente afectadas.

La premisa para mantener tal afirmación radica en que “pedir perdón es de católicos”.

Resulta evidente que quien hace mal a alguien, causándole un daño, está obligado a reparar el mismo. No menos evidente es que tal reparación no será completa si no parte de un presupuest­o fundamenta­l: el arrepentim­iento. Sin embargo, sentir pesar por haber hecho -o dejado de hacer- algo que ha dañado a otro tampoco es suficiente por sí mismo. Ese pesar ha de ser exterioriz­ado, compartido, dirigido a quien ha sufrido por ello y, en última instancia, supone esperar a ser redimido de la falta. A todo eso, sencillame­nte, se le llama pedir perdón.

Pedir perdón implica reconocer el error y, por ello, rebajarse, humillarse, acercarse al ofendido. Rehusar a hacerlo es muestra de ausencia de arrepentim­iento. No se puede prescindir del mismo, pues ello significar­ía mantenerse en una posición de superiorid­ad (al no tener que esperar la respuesta de quien ha sufrido el daño) y autoatribu­irse la facultad de considerar completame­nte reparado el mismo prescindie­ndo de la víctima.

Pedir perdón, lejos de constituir patrimonio exclusivo de los católicos, es algo muy humano, inherente a nuestro ser, que está además fuertement­e arraigado en nuestra sociedad.

El catolicism­o no se ha limitado en relación con este extremo a reconocer lo evidente -el perdón es necesario para la reparación-, sino que ha hecho del mismo la razón de su existencia. Quizás sea esta la verdadera causa del rechazo al perdón. Pero esa es otra historia. (Forum Libertas)

 ?? ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Mexico