UN TRIUNFO CONTRA LA PEDERASTIA Y POR LA LIBERTAD DE EXPRESIÓN SENTENCIA...
EL COMITÉ de Derechos Humanos de las Naciones Unidas ordenó al Estado Mexicano investigar, perseguir y sancionar a los responsables de las vejaciones y maltratos que sufrió la periodista en 2005, durante detención en Cancún
Esa mañana diez sujetos habían llegado en varios vehículos a las inmediaciones del Centro Integral de Atención a las Mujeres, en la ciudad turística del Caribe Mexicano, Cancún; aparcaron y durante horas vigilaron hasta que llegó la persona que estaban esperando, sin darle oportunidad de nada la controlaron físicamente, argumentando que tenían una orden de aprehensión en su contra dictada por un juez de la ciudad de Puebla. Fue trasladada a las oficinas de la Procuraduría del Estado y subrepticiamente sacada de ahí por una puerta trasera, para evadir a los agentes federales encargados de su protección. Durante el tiempo que estuvo detenida, fue sometida a vejaciones y maltratos, ella es Lydia Cacho, periodista, escritora y activista de los Derechos de la Mujer y lo que sucedió aquel fin de semana en diciembre de 2005, era una vil venganza de personas con poder económico y político, que se habían visto afectadas por la publicación del libro “Los demonios del Edén. El poder que protege a la pornografía infantil”. En ese secuestro, disfrazado de proceso judicial, se encontraban involucrados el entonces gobernador del Estado de Puebla, Mario Marín, quien es conocido con el mote de “Gober Precioso” y el empresario textilero, de origen libanés, Kamel Nacif Borge.