El cambio de los tiempos

No cabe la menor duda que México ha cambiado a partir del 1ero de julio que fueron las elecciones, ya no es el mismo, tanto a nivel nacional como estatal.

Hemos vuelto a los tiempos de muerto el rey, viva el rey, como en los más viejos tiempos del PRI, que una vez electo el nuevo presidente, el presidente en funciones todavía pasaba a una figura menos que decorativa.

Hoy vemos a un AMLO tomando decisiones ya, sin ser presidente legalmente y no sólo el gobierno federal en turno hace lo que él pida y ordene, sino hasta el gobierno de nuestro poderoso vecino recibe a sus homólogos y les da el trato de funcionarios legalmente, cuando todavía les faltan más de tres meses para serlo. No se diga la adulación y la zalamería con la que los actuales funcionarios, grandes empresarios, líderes empresariales tratan al futuro presidente. No se diga el pueblo que casi lo ve como un mesías que puede curar enfermedades y hasta la mano le besan en agradecimiento.

Es una situación peligrosa, ya que poner tanto poder en un solo hombre, cualquiera que este sea, pone en peligro la nación. De hecho ya empezaron los mensajes amenazantes. Esta semana la presidenta nacional del partido Morena, ha declarado que si es necesario para sacar adelante todos los cambios legales y constitucionales que AMLO quiera, van a ir junto con sus aliados en la elección, es decir diputados y senadores del PT y PES, con lo cual tienen mayoría calificada.

Así mismo, AMLO lanzó la amenaza a los fabricantes de cemento del país, diciéndoles que por qué estaban vendiendo el cemento en México tan caro y el que exportan lo venden mucho más barato. Que se preparen las cementeras, porque al rato los van a querer expropiar “por el bien de México”, como sucedió en la época de Luis Echevarría o como sucedió en Nicaragua y Venezuela.

Se someterá a consulta pública el terminar con el nuevo aeropuerto de la CDMX, donde se han invertido ya cientos de miles de millones y es una obra necesaria por el grado de congestamiento que tiene esa ciudad. ¿Quién, cómo y cuándo se hará la consulta? Que seguramente la van a dirigir a donde AMLO quiera y en caso de resultar que se pare la obra, tendremos que pagar más millones por incumplimiento de contrato.

¿Por qué no se mete a consulta popular también el descentralizar todas las dependencias federales, con todos los bemoles que esto representa, o consultar si se bajan los sueldos al tope máximo de 108 mil pesos, o reducir a la mitad las secretarias de la federación, o vender el avión presidencial, que no resuelve el problema económico?

Muchos cambios ya empezaron, otros están por venir, esperemos que sean para bien de los mexicanos y no para el grupo en el poder.

La semana que viene hablaremos de los cambios en el estado.