Las redes sociales
Las redes sociales sin duda son uno de los mejores inventos del hombre para fortalecer la comunicación en una sociedad que aún cree en todo lo que lee, lo que ha orillado a comunicadores y periodistas que respetan su profesión a tener mucho más cuidado con lo que publican cuando pretenden conservar su credibilidad y confianza.
Sin embargo, también pueden ser una herramienta formidable para quienes pretenden hacer mal uso de ella, cometiendo delitos y confundiendo a la población de acuerdo a sus pretensiones y objetivos personales o de grupo. Los fraudes por internet son comunes, los premios en sorteos en donde ni siquiera se ha comprado boleto, los avisos de familiares secuestrados en donde exigen dinero depositado en cuentas bancarias, las extorsiones a través de las redes, las compras de productos a muy bajo precio, las encuestas que sólo levantan información, el bombardeo de cookies sustrayendo datos personales son sólo unos pequeños ejemplos de todo lo que se da a través de las redes y que ponen en peligro nuestra seguridad y nuestro entorno. Por ello la importancia de despertar ese sexto sentido de alerta con el que todos contamos que radica en el razonamiento, la lógica y el sentido común.
Y es que las redes sociales influyen tan directamente que son capaces de cambiar una forma de gobierno. Importante sin duda es la difusión de obras, de programas dirigidos a la sociedad por parte de instituciones privadas o públicas, de información sobre acciones que requieren la toma de providencias para enfrentarlas así como las alertas sobre la comisión de delitos.
En últimas fechas ha cundido como paranoia la desaparición de niños, y ha sido a través de las redes sociales donde se han difundido mensajes escalofriantes sobre lo que dicen está pasando con pequeños que desaparecen y son encontrados días después asesinados, sin órganos vitales o simplemente jamás los encuentran y no hay reportes por parte de las autoridades competentes de que esto esté sucediendo.
Es importante tomar providencias, pero sin caer en los excesos, el ejercicio del “teléfono descompuesto” también funciona en las redes sociales y una información que inicia diciendo “tengan cuidado con este sujeto”, se convierte en “este sujeto es un asesino violador de niños”.
Por lo tanto, como rezan las inscripciones encontradas en las ruinas de Persépolis, nunca digas todo lo que sabes, nunca hagas todo lo que puedes, nunca creas todo lo que oyes y nunca gastes todo lo que tienes.