Descubren un exoplaneta tan caliente que la lluvia parece lava
Las temperaturas en su capa exterior pueden exceder los 4 mil grados C
La humanidad jamás pondrá un pie sobre la superficie de un mortífero exoplaneta. Además de la imposibilidad física de hacer tal cosa en un gigante gaseoso que carece de superficie sólida, Kelt-9b está demasiado lejos (en la constelación Cygnus a 600 años luz) y demasiado caliente.
De hecho, si los cálculos de los astrónomos que lo han estudiado son correctos, nos encontramos ante el exoplaneta más caliente jamás observado, ya que las temperaturas en su capa exterior pueden exceder los 4.000 grados Celsius (lo cual supera incluso a algunas estrellas).
Además, el nuevo estudio recientemente publicado en Nature sobre este gigante gaseoso realizado por astrofísicos de la Universidad de Berna (Suiza), indica que su atmósfera sobrecalentada contiene metales pesados vaporizados.
En palabras de uno de los coautores del estudio, Kevin Heng (profesor de astrofísica en la citada universidad): “creíamos que los metales son un ingrediente importante en la formación de exoplanetas, pero nunca los habíamos detectado directamente. Nuestro resultado es por tanto la primera detección robusta y directa“.
Para esta investigación, un equipo internacional de científicos empleó simulaciones por computadora para predecir la presencia de hierro y titanio vaporizado en la atmósfera de Kelt-9b, un mundo descubierto el año pasado por astrónomos estadounidenses. Luego compararon su predicción con los datos de observación recopilados por el Telescopio Nacional Galileo en las Islas Canarias. ¡Eureka! la predicción coincidía con los datos observacionales.
El cruce de datos fue “acertado”, afirma Heng, quien cree que podría usarse este mismo método de investigación “para detectar moléculas que insinúen la presencia de biología (biofirmas) en futuros exoplanetas aún no detectados. En cierto modo, estos exoplanetas calientes son como campos de entrenamiento para nosotros, mundos con los que poner a prueba nuestras técnicas para futuras detecciones de biofirmas, es decir, para encontrar evidencias de vida extraterrestre.