La indiferencia también participa
Mientras veo las notas de los periódicos hago un collage de imágenes impactantes que difícilmente puedo digerir, y con ello surge una serie de sentimientos sin conjugar. Un niño en brazos de un agente policial, gestos de adolescentes en el cual no sabían que serían famosas por su ausencia.
Ese tipo de sentimientos que surgen son tan dolorosos que muchos los queremos evitar, en ese instante una serie de pensamientos entran en guerra, agentes morales contra valientes escudos protectores, todo en un campo de batalla, nuestra mente.
Las señales de terror invaden nuestro cuerpo y poco a poco somos víctimas de miedos acumulados alejándonos del amor, todos reaccionamos de distintas maneras, no cabe duda. Una reacción que me llama la atención es la indiferencia, pensamos que con el solo hecho de no mirar, no escuchar, no participar, evitaremos ser partícipes de múltiples actos de fechoría, sin embargo opino que es una actitud infantil, por ejemplo: –En la infancia nos escondíamos bajo la cama con los truenos y relámpagos, cerrábamos los ojos al ver una película de terror, pero eso no evitaba que dejara de llover ni que la película dejara de rodar; pasa igual en la vida adulta y enseñamos a nuestros hijos esa falta de capacidad para encarar la realidad y tomar acciones para resolver, para caminar o volar.
–Considero a la indiferencia como un gajo problemático bastante grande que compete al concepto de inclusión. Desgraciadamente esto es parte de una rutina que pocos o muchos hemos utilizado en todos los ámbitos y termina haciéndose rutinaria; hasta que pasa ese momento en el cual somos actores forzados, cambiamos el rol y tenemos que buscar ayuda tocando puertas para percatarnos que algunos ni a la mirilla se asoman, se escurren tras las cortinas volviéndose fans silenciosos del rodaje, sólo esperando con ansias un final de la historia, la tuya.
La indiferencia tiene costos elevados desde el aspecto social hasta el político-económico, iniciando por el afán de no querer vernos tal cual somos y formar parte de un gran proyecto de vida, sin eliminándonos unos a otros, tantos talentos desperdiciados que hay, proyectos y tendencias que podemos usar en nuestro beneficio, pero no lo hacemos: –Evitar abrir los ojos también elimina tus huellas del camino.