Los 13 pecados de Mili
Si la pintura no inquieta, ¿es una pintura? Georges Braque -
Deambulando en los ojos de quienes buscan una historia digna de ser contada mi amiga Mili Pavía y ese misterio que la envuelve entre los trazos coloridos de su pintura presenta, hasta el 28 de este mes, en la Galería de El Heraldo de Chihuahua sus exposiciones “Doce pecados más uno” y “Ya no queda de otras”. Compañera de quien ahora escribe en la Facultad de Contaduría y Administración y teniendo en mente la profesión de Licenciada en Administración de Empresas, Mili fue una dinámica estudiante que participaba constantemente en actividades de la sociedad de alumnos, mismas que ponían los pelos de punta a Rubén Torres Medina, quien transitaba por su último año como director de esta unidad académica de la UACh.
Con su mente creativa y gustosa de paseos en bicicleta, Mili llegó a la ciudad de Villahermosa, Tabasco, donde actualmente radica, laborando en el terreno energético y entrelazando su tiempo con las figuras geométricas y los símbolos que custodiados por una abstracción que va más allá de lo bello nos muestran los ecos de unas emociones que revelan la intimidad de los sentidos y que al buscar en sus cuadros algún sentimiento específico nos recuerda que el ser humano está constituido por momentos de alegría, tristeza, euforia y melancolía.
La pintura de mi amiga es una poesía con una pausa efímera que sin el afán de compararse con un William Blake o con el maestro Víctor Hugo nos traslada a la contemplación de un bello rostro al que el galeno Visconti alguna vez dijo “Déjame ver tu cara pretenciosa; tu cara de mujer cálida y bella, tu cara luminosa que por ella, mi mente se desvela y no reposa”.
Desconozco cuáles sean los pecados de Mili, pero de que los tiene, los tiene; sólo así entendemos que con ese desorden perfectamente ordenado y que en su caso se llama talento, quien contempla sus pinturas se ve trasladado a un excitante mundo en el que todo encuentra sentido a través de los colores que confeccionan la vida, con su variedad, con ese azul, ese rojo y ese verde que bien contemplados orientan la felicidad de nuestro ser.
Vayamos a las instalaciones de El Heraldo de Chihuahua y llenémonos de color tratando de descubrir los pecados de una talentosa pintora chihuahuense. Seguro que sí.