“Si no me he suicidado es por mis otros hijos”

“Me llamo Inés, tengo 46 años, casada con tres hijos jóvenes. Tuve un aborto cuando tenía 19, de una relación con un hombre mayor que yo, que cuando supo que estaba embarazada me abandonó, me dejó sola y ya no supe desde entonces más de él. Al sentirme sola y desprotegida. Porque ¿cómo se lo iba a decir a mis papás? Sentía una mezcla de vergüenza, remordimiento y soledad. Todo esto me hizo ir a una clínica donde hacen abortos que me habían recomendado. Allí me practicaron el aborto, tuve la experiencia más brutal y desagradable de mi vida, me introdujeron por la vagina unas pastillas, lo que me produjo un fuerte dolor en el estómago y después unas mujeres sacaron al bebé que llevaba dentro.

No vi al bebé, pero mientras las mujeres me hicieron el aborto, me imaginaba cómo era el sacado, si había muerto asfixiado o mutilado, esas imágenes me han acompañado todos estos años.

Viví un infierno, lo viví sola, nunca le dije a nadie lo que había hecho y lo que me pasaba.

Con el tiempo me casé, a mi esposo nunca le he dicho nada y eso me produce una profunda tristeza, siento que lo estoy engañando.

Cada vez que se acerca la fecha del acontecimiento me entra una ansiedad, tengo pesadillas, he intentado y más se incrementa por esas fechas suicidarme, sino lo he hecho es por mis otros hijos. Me acarrea unos sentimientos de culpabilidad y amargura que no puedo de alguna manera explicar. Cuando veía a mis hijos recién nacidos o pequeños todo esto aumentaba más. Y como dije, viví un infierno”.