El Heraldo de Chihuahua

Azota violencia contra sacerdotes

Se señala a grupos delincuenc­iales como los principale­s responsabl­es de las agresiones

- ALEJANDRO SUÁREZ/El

CDMX.- El clero en México ha sufrido la peor ola de violencia en los últimos años luego de registrar el asesinato de 26 sacerdotes y tres más que permanecen desapareci­dos en los últimos seis años, de acuerdo con el recuento realizado por el Centro Católico Multimedia­l (CCM); se señala a grupos delincuenc­iales como los principale­s responsabl­es de las agresiones.

De acuerdo al centro (que contabiliz­a los asesinatos de sacerdotes ocurridos desde 1990), el anterior récord de 17 homicidios se había registrado en el periodo de 2006 a 2012.

Los casos más recientes de ataques contra padres católicos se dieron la semana pasada, comenzando el 15 de octubre por el hallazgo del cuerpo de Ícmar Arpasó turo Orta, quien se desempeñab­a como párroco de la iglesia San Luís Rey de Francia, de la ciudad de Tijuana, Baja California.No mucho tiempo para el siguiente caso: el 17 de octubre, Enrique Madrid Hernández, párroco de la capilla de Zumpahuacá, Estado de México, salió de Texcaltitl­án, sin que hasta el momento se conozca su paradero.

Según el CCM, esta ola de violencia contra los sacerdotes queda enmarcada dentro de la situación de insegurida­d que vive el país, y aunque no hay casos documentad­os sobre ataques contra religiosos por oponerse directamen­te a grupos delictivos, sí los hay por su labor pastoral.

“Estos grupos que atentan contra sacerdotes y religiosos, buscan limitar las actividade­s del trabajo pastoral de la Iglesia en México, que tienen su acción en el campo sanitario y educativo así como en la acción asistencia­l -ayuda, refugio y consuelo-, a favor de los derechos humanos de migrantes que transitan por suelo mexicano”, concluye el CCM en su reporte parcial 2017 sobre violencia contra sacerdotes.

También se destaca que en varios casos había antecedent­es de extorsione­s en contra de parroquias, para que tiempo después el párroco fuera presuntame­nte víctima del crimen organizado.

ANTECEDENT­ES

La violencia contra los sacerdotes ha tenido capítulos mediáticos a lo largo de los últimos seis años. Uno de éstos ocurrió en septiembre de 2016, con José Alfredo López Guillen; la misma semana de su desaparici­ón, otros dos sacerdotes (Alejo Nabor Jiménez Juárez y P. José Alfredo Juárez de la Cruz.) desapareci­eron, pero el caso de López Guillén tomó más relevancia debido a que se difundió un video donde presuntame­nte estaba en un hotel con un menor de edad.

Al final, se desmintió que la persona que aparecía en el video fuera él, al tiempo que se encontró su cuerpo y el de sus colegas, fueron encontrado­s sin vida.

Finalmente, aunque la Conferenci­a del Episcopado Mexicano pide que se castiguen estos crímenes como la mejor forma de evitar nuevos casos, no todos sus integrante­s están de acuerdo que sea la mejor vía.

Tal es el caso del obispo de Chilapa-Chilpancin­go, Salvador Rangel, quien ha hecho pública su postura de que lo mejor es pactar una tregua con el crimen organizado para evitar los homicidios no sólo de clérigos, sino de cualquier ciudadano.

CENTRO CATÓLICO MULTIMEDIA­L

Estos grupos que atentan contra sacerdotes y religiosos, buscan limitar las actividade­s del trabajo pastoral de la Iglesia en México, que tienen su acción en el campo sanitario y educativo"

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Uno de los casos más violentos fue el asesinato del padre Machorro en la catedral del Centro Histórico de la capital del país/CUARTOSCUR­O

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