La educación, en el ojo del huracán (reforma o puesta al día)
Un análisis realista, objetivo, maduro e incluyente del servicio educativo, para este momento, tendría que considerar lo siguiente:
1.- La autonomía que no llega. Desde siempre, el Estado usa el servicio educativo como una correa de transmisión para sus propósitos máximos; hoy por hoy demandaríamos que sean los propósitos del propio servicio y de la sociedad los que se impongan, por sobre el propio Estado.
2.- El uso del servicio por el Estado. No es pues el ramo una correa de transmisión (como las campañas de todo tipo); en todo caso, sería una palanca puesta al servicio de las propias metas y los objetivos, de manera autónoma.
3.- ¿Reforma Educativa o puesta al día?: hay que ver qué dejar y qué cambiar. De acuerdo con lo que dice el gobernador Corral “NO TODA LA REFORMA EDUCATIVA DEL GOBIERNO ANTERIOR debe desecharse”; hay que admitir y aplicar lo que convenga y proceda, eliminando lo cuestionable.
4.- La reforma: “Ni contigo, ni sin ti”. A la vez no toda la llamada Reforma Educativa del gobierno que termina debe aplicarse; debemos revisar qué asuntos de la reforma laboral lastiman a los docentes para ASÍ PODER cambiarlos; así como reformar otros aspectos que no convencen.
5.- Los docentes ante los cambios. Saben muy bien los maestros qué dejar y qué cambiar; tenemos que ser sensibles y atentos a considerar sus opiniones; no es una burocracia administrativa la que debe imperar: las escuelas y sus docentes son los que priman en una puesta al día.
6.- Que los maestros y las escuelas
hablen. Hoy los cambios y adecuaciones que impone la modernidad deben surgir de la base, no del Estado: sino de especialistas y gente de base; más que de equipos técnicos de gabinete. Y sobre todo, tomar precauciones de las iniciativas en el ramo de un poder nacional sin contrapesos.
7.- Ni todo el amor ni todo el dinero. Y ante el cambio de gobierno federal necesitamos ser atentos pero a la vez críticos: ni todo el amor ni todo el dinero a los cambios de la nueva élite, que apenas se está confirmando, y con no pocas contradicciones: el criterio de no dejarle a la reforma ni un punto ni una coma es un criterio ideológico que debe verse con cuidado.
8.- El servicio ante los retos de la modernidad. En cada tiempo, la educación debe revisarse y adaptarse al momento, pero no como operación impuesta del Estado sino como una exigencia de los docentes y de la sociedad.
9.- A manera de conclusión. Se impone ir concediendo autonomía al servicio; y cada vez más se impone como una necesidad de los niños y las escuelas… y que los puestos directivos sean concedidos, casa vez más, a docentes con experiencia, y de ser posible con obra publicada.
10.- Y, sobre todo: nunca más cambios y reformas sin la opinión de docentes y especialistas.
Y es cuanto.