FELICIDAD Y PLACER: ¿TIENEN UNA RELACIÓN?
Queda la cuestión de quién sería más feliz, aquel que abraza el placer y los deseos, o aquel que no espera y no desea cosa alguna
¿Hay un vínculo estrecho entre el gozo y la felicidad? ¿Aquél que tiene satisfacciones por complacer los sentidos, es de alguna manera feliz? podemos decir que, entre las personas con quienes nos involucramos, la felicidad toma un significado donde el placer es coautor y protagonista de este; se afirma que es feliz quien ha conseguido el auto, la casa o el empleo que siempre ha deseado.
Se ha comprendido que entre las personas la idea de placer está en relación con el gozo y el embelesamiento de aquello que perturba los sentidos; desea y persigue lo material, lo que es perecedero y se encuentra en el mundo —en este mundo finito y limitado—. De modo que las cosas ostentosas y los honores son preferentes y se consideran lo bueno y lo mejor. Es feliz quien a saciado lo que anhela con relación a lo sensitivo. Pero ¿realmente aquello que nos causa placer mediante los sentidos, es de alguna forma un acto de felicidad?
Podemos observar que, estos deseos necesitan de una responsabilidad, no basta con solo desearlos; entonces, si se es responsable de lo que hemos deseado, no se está en completa plenitud, es decir no somos felices. El placer que causan los deseos genera intranquilidad, por lo tanto no se es feliz.
En los casos en donde se dice ser feliz, ¿Es esencial que haya placer? y si no es así ¿Qué es lo que hace ser la felicidad?
Por otra parte, si la felicidad implica plenitud e imperturbabilidad y los placeres de los deseos causan esto, ¿No sería mucho más pleno no desear nada? ¿No seríamos más felices si no acudiéramos a la inmediatez de los placeres? Queda aquí pues una interrogativa de quién sería más feliz, aquel que abraza el placer y los deseos, en donde estos causan una intranquilidad, o aquel que no espera y no desea alguna cosa que le cause placer.
¿Qué implica ser felices en la mayoría de los casos en donde decimos ser felices?