¿Gasolina de Venezuela?
Cuando me preguntaba por qué los presidentes anteriores querían vender Pemex a la iniciativa privada no encontraba respuestas que me satisficieran del todo, hoy sé que fue porque es un organismo tan corrupto que ni con diez años de capacitación constante en ética laboral podría trabajar limpiamente.
Lo irónico es que sus propios agremiados, a veces con plazas heredadas y sueldos inmerecidos, no conformes con ello, son parte del huachicoleo, o sea muerden la mano que les da de comer. Cuando supe, hace cinco o seis años, del huachicoleo no me imaginé que fuera una mafia tan grande donde están involucrados los pobrecitos pobres que tanto presume AMLO y que se ayudan comprando gasolina más barata, ni tanto odioso rico expendedor de diésel y gasolina, mucho menos que habría generales, constructores calificados, pueblos completos que de eso viven, y por último los verdaderos culpables: los empleados y ejecutivos de Pemex, a quienes deberíamos de quemar, lentamente, con leña verde.
Amable lector, lectora, tengo tres temores al respecto de este tema: el primero y el menos grave es que este plan de “acabar con el huachicoleo” se convierta en una faramalla chaira más, y que pasado un tiempo todo vuelva a ser como antes, pero en las manos de los allegados del populista AMLO; mi segundo temor, nada grave, tampoco, es que de ser buena la intención de nuestro presidente, la mafia defienda su modus operandi y lo ataque física o moralmente, porque, recuerde usted, que quien cosecha vientos recoge tempestades y detener la entrada de dinero a tantas personas es más que una lluviecita. Y mi peor temor, es que la gasolina empiece a llegarnos de Venezuela, que sería la verdadera razón de este destape, y si es así ya podemos comenzar a engrosar las filas de los inmigrantes.
En Chihuahua, tan lejos del centro de México, ya los huachicoleros están avisados, por lo que para cuando usted este leyendo este artículo, ya afilaron su estrategia del derecho a ordeñar ductos y mantener a sus familias con el mismo nivel de vida que el huachicoleo les había permitido, porque esta es la realidad, la corrupción en México es parte de nuestro equilibrio económico y quitarla sin un procedimiento correcto puede hacer caer al país a grados inimaginables.
Esperemos que para cuando este plan de López Obrador llegue aquí esté bien organizado y no haya las consecuencias fatales del desabasto. Suerte a Chihuahua.