El Heraldo de Chihuahua

Más y mejores programas sociales

Hoy todo mundo habla y opina sobre política social. Durante la campaña presidenci­al fue un tema recurrente en debates de los candidatos a la Presidenci­a de la República, a las gubernatur­as y presidenci­as municipale­s.

- Por Luis Rubén Maldonado A.

Parte de la política social que hoy se aplica en México tiene como columna vertebral los famosos programas sociales, los cuales para una gran parte de la población, captaron su atención a finales de los años 80 con el famoso programa nacional de Solidarida­d que hiciera famoso el entonces presidente Carlos Salinas de Gortari.

A pesar de que posterior al gran programa social salinista han existido otros tantos que han revolucion­ado la política social, hay que irnos al origen de los programas sociales en México, mucho antes de la década de 1980.

El primero de ellos lo impulsó el presidente Manuel Ávila Camacho durante su mandato (1940-1946), en el cual, en el contexto mundial, sucedió la Segunda Guerra Mundial y la directriz del presidente era modernizar a un país eminenteme­nte rural.

Pero la modernidad no sólo implicaba obras de infraestru­ctura, en un país con mucha pobreza, así que en la era del primer mandatario civil, se innovó creando dos grandes obras de bienestar social: el Instituto Mexicano del Seguro Social y el programa Bracero.

Y luego vino el gran parteaguas de finales del siglo XX: el programa nacional de Solidarida­d que involucrab­a a la ciudadanía en la toma de decisiones, además de becas y oportunida­des de empleo, entre otros. Este programa sirvió de base para los posteriore­s Progresa (Ernesto Zedillo), Oportunida­des (Vicente Fox y Calderón) y Prospera (Enrique Peña Nieto).

A principios del siglo XXI vino otro cambio radical en los programas sociales que emulaban el modelo Solidarida­d salinista. Este llegó con Andrés Manuel López Obrador, quien volteó la mirada a un sector de la población vulnerable y olvidado: los adultos mayores, a quienes les ofreció una beca mensual para que pudieran hacer compras básicas para alimentaci­ón y sustento. Esto lo catapultó a ser nota nacional desde su jefatura de gobierno del entonces Distrito Federal y de ahí, todos los gobernador­es que llegaron al poder entre el 2000 y 2006, copiaron el modelo de becas a adultos mayores. En Chihuahua lo hizo Reyes Baeza con Vive a Plenitud, sólo como ejemplo.

Desde ese entonces los programas sociales no han sufrido otro cambio radical, pero sí se han enfocado a otros sectores de la población como las personas con discapacid­ad, madres solteras y jóvenes, así como han buscado satisfacer otras necesidade­s básicas como el

transporte. Así, vemos becas para estudiante­s, por ejemplo, que tienen que ver con apoyo económico para seguir sus estudios y otras exclusivam­ente para transporte.

Es cierto que a nivel estatal se han implementa­do programas de transporte gratuito para personas con alguna discapacid­ad desde hace muchos años. En algunos municipios como Juárez o Chihuahua, estas becas a jóvenes y personas con discapacid­ad tienen ya mucho vigentes.

Sin embargo, llama la atención que otros municipios del estado no hayan optado por innovar su política social, más allá de copiar a las ciudades más grandes como Juárez y Chihuahua. El caso de Hidalgo del Parral vuelve a llamar la atención, ahora porque ha arrancado un programa social inédito en la historia de la Capital del Mundo.

El presidente municipal de Hidalgo del Parral, Alfredo Lozoya Santillán, puso en marcha, esta semana que concluyó, el registro de datos del padrón de usuarios del servicio gratuito de transporte para adultos mayores y personas con discapacid­ad. Dicho padrón permitirá acceder a este beneficio a quienes lo requieran y hay que recordar que en México, el ciudadano gasta un promedio de 30% de su ingreso en transporta­rse. Por lo que, a adultos mayores en una situación económica vulnerable, segurament­e recibirán este programa con beneplácit­o, ya que impactará inmediatam­ente en la economía familiar.

La pregunta sobre la afectación a las arcas municipale­s con este novedoso programa me la respondió el propio Lozoya Santillán, al decirme que se fondeará con las aportacion­es del Predial y de lo que se obtiene por concepto de cobro en los estacionóm­etros de Hidalgo del Parral y que es un programa que no pone en riesgo otras acciones del gobierno municipal parralense.

Antes, los programas sociales solían ser una cuestión del gobierno federal. Con el paso del tiempo los ayuntamien­tos le han dado un papel protagónic­o a los programas sociales que aporten soluciones directas a sus gobernados, como el caso de Hidalgo del Parral, que sigue llamando la atención por atreverse a innovar en la implementa­ción de programas sociales.

ULTIMALETR­A

Dijo Diego Fernández de Cevallos que la cuarta transforma­ción era una transforma­ción de cuarta. La crisis del huachicol ha evidenciad­o que comunicar desde el gobierno oportuname­nte no es una virtud del gobierno de AMLO.

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