Comer en familia
Algunos de los temas de las últimas sobremesas en familia, que nos han dado mucho juego: las diferencias entre las épocas de los abuelos y la nuestra; de cómo puede cambiarte la vida -o no- si te toca la lotería y de dónde hemos viajado durante los embarazos.
Comer en familia es algo que deberíamos cultivar, porque la mesa es un lugar estupendo, no sólo para partir el pan, sino para compartir la vida.
En una casa con niños pequeños el desayuno puede ser muy estresante si son de los que comen despacio. Si tienes hijos de distintas edades lo que sucede a primera hora del día es que es casi imposible que los horarios coincidan. A mediodía lo más habitual es que nadie coma en casa. Con lo cual, sólo nos queda la cena o las comidas del fin de semana para sentarnos juntos.
Un espacio privilegiado para ponernos al día, contarnos cómo nos ha ido la jornada, darnos consejos, reírnos juntos y también discutir, no lo vamos a negar. Comer en familia es cuidar, educar y celebrar.
Y no hablamos sólo de comunicación. Tener hábitos saludables de alimentación durante la infancia es sentar las bases para evitar problemas de salud en la edad adulta. La dieta equilibrada, comer sentado, tener menús variados, mostrar educación también en la mesa, son asuntos importantes, que no podemos delegar en otros.
Lo repito muchas veces. Una de las grandes herencias que me han dejado mis padres son unos buenos hábitos de alimentación. Saber que en cualquier comida tiene que haber un primer plato y un segundo plato; que lo ideal es terminar con una pieza de fruta y no con un lácteo o un dulce; que hay que esperar a que todos estén sentados para empezar...
Un montón de pautas, de habilidades, de saber estar, que he ido asimilando a golpe de cuchara. (aleteia.org)