Se revisa testimonial de pequeña abusada
La pequeña estaba en llanto y sólo volteaba al piso. Su vergüenza y dolor eran inmensos, nunca se imaginó que acudir a la escuela, buscando aprender a leer y escribir, le costaría ser víctima de la violencia.
A sus nueve años, su profesor de tercero y cuarto grado la violentó sexualmente.
“Me agarró las nalgas y por donde hago pipí”, relató Lili, la víctima de abuso sexual por parte de su profesor de primaria, ello durante el juicio oral de la causa penal 82/2017 que se sigue contra Jesús José M.M., acusado de los delitos de violación y abuso sexual agravados en perjuicio de 11 menores de edad.
Durante la audiencia, se revisó el video de la testimonial de la pequeña, de tan sólo 9 años de edad, quien relata que ya no quería asistir a la escuela debido a “todas las cosas” que le hacía el profesor. En cada video se tiene reservada la identidad de las víctimas y su voz se encuentra distorsionada para garantizar su integridad.
Es un testimonio crudo, donde se advierte cómo la inocencia de una pequeña, a quien se le asigna el nombre con la finalidad de proteger su identidad, fue vulnerada por quien se supone es una persona de confianza.
Deja ver que el sujeto le agarraba sus partes íntimas con las manos, la toqueteaba, vulneraba su integridad física y sicológica.
Lili se decidió a revelarle a su madre la
situación, “el profe me hace cosas”, fue una de las frases que utilizó. Los tocamientos se los hacía en el salón de clases, a la vista de todos los compañeros. La madre de Lili fue a hablar con el director, después fueron otros padres.
La prueba testimonial revela que Jesús José les pedía que se parara cerca de él con el fin de toquetearla. Al igual que Lili, otras 3 niñas fueron víctimas de ataques de índole
sexual, de lo cual fue testigo la menor.
Lili afirma que cuando le dio clases en quinto grado la maestra Perla, la situación cambió, le regresaron las ganas de ir a la escuela porque el monstruo que la vulneró ya no se encuentra en la comunidad.
Lili y sus compañeras han recibido acompañamiento sicológico, ya que ha sido un proceso lento y doloroso, que continúa porque no se tiene una sentencia aún.