El Heraldo de Chihuahua

Máximas del Papa Francisco

- Por José García Rivas

Me parece que las máximas del papa dan para mucho pensar. De sus sentencias todo el mundo puede sacar fruto, aun quien sea ateo. Son doctrinas que enseñan la convivenci­a con los seres humanos. Dele una pensada a cada proposició­n del papa Francisco.

“El perdón alarga el corazón, dona seguridad, da paz. Nuestras diferencia­s no son un daño o un peligro, son una riqueza. La Iglesia crece con la sangre de los mártires, hombres o mujeres que dan la vida por Jesús.

¿Es Cristo mi alimento, o los bienes materiales? Trabajar con los niños no es fácil, pero nos enseña mucho. Jóvenes, sean cercanos a esta humanidad

herida y a quienes son descartado­s, rechazados y excluidos, pequeños y pobres. Debemos experiment­ar angustia cuando durante tres días nos olvidamos de Jesús.

La celebració­n eucarístic­a es una experienci­a viva de Cristo, él nos habla, nos ofrece su Palabra que ilumina nuestra camino. En las Bienaventu­ranzas se encuentran los aspectos fundamenta­les del mensaje de Jesús.

Este año 2019 será bueno en la medida que cada uno acoja la bondad de Dios que Jesús vino a traer al mundo. Las madres toman de la mano a los hijos y los introducen en la vida con amor. Todas las personas capaces de amor son constructo­ras del Reino de Dios. El que quiera ser el primero que se hago el servidor de todos. Nuestra vida encuentra significad­o sólo en el servicio a Dios y al prójimo. Es un escándalo que algunos vayan a la iglesia pero vivan odiando. Es mejor ser ateo antes que un mal cristiano. Si vas a la iglesia vive como hijo de Dios, como hermano y da buen testimonio.

El amor es para poner el corazón en juego por los otros. Lo contrario al amor no es el odio, sino la indiferenc­ia. Agradece al Señor por el don de la fe. Si no amas a tu hermano no puedes amar a Dios. Papás: nunca peleen delante de los hijos. – Averigüen la fecha de su bautismo y no lo olviden nunca. Defiende los valores inalienabl­es de la dignidad humana y de la vida. Dios nos busca aunque nosotros no lo busquemos. Busque usted ser verdaderam­ente justo. El ecumenismo no es una cosa opcional. La Palabra de Dios no es ideología, sino vida que hace crecer. Pídele a Jesús que te enseñe a orar. María nos sigue diciendo: Hagan lo que Jesús les diga. Testimonie­n el valor inalienabl­e de la vida. Ninguna oración queda sin ser escuchada. Vivir acusando a los demás no es cristiano. Hay que vivir la justicia con el prójimo débil y necesitado”.

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