¿Y yo por qué?
No. No, señor presidente, la responsabilidad de México es de usted y nada más de usted, no del gobernador de Michoacán, Silvano Aureoles. Nada más falta que diga como en su momento expresó Vicente Fox, siendo presidente de la república: ¿Y yo por qué?
Para nada deseo que le vaya mal a mi país, mi deseo es que Andrés Manuel López Obrador pase a la historia como uno de los mejores presidentes de México, si no es que el mejor. Pero no se ve por dónde, cada día surgen brotes y no precisamente de huachicol y, se les da un trato ligero que lo único que hace es avivar la llama.
Para nada es cosa sencilla la paralización de la planta maquiladora en Matamoros, Tamaulipas; no se diga la baja de calificación de Fitch Ratings que de un plumazo le aumenta a México, porque Pemex es una empresa de Estado, 5 mil millones de pesos anuales de intereses, tampoco es cosa de nada, no el nuevo, sino el mismo levantamiento de los profesores que más que mentores parecen guerrilleros y, que con sus movilizaciones en Chiapas, Oaxaca y Michoacán, más los que se sumen como Guerrero, Hidalgo, Tabasco, entre otros, que más que nada ya hicieron una nueva forma de vivir, porque vuelven a lo mismo en lo que han estado por años y que nadie se decide a meterlos en cintura.
Lo más grave es precisamente en Michoacán, donde con el paro de trenes tienen paralizada gran parte de la industria manufacturera y el mercado en el país, y el presidente dice que es cosa del gobernador. No. Es cosa de él, del presidente, los maestros y el mismo Silvano Aureoles, son asuntos del presidente y si necesitan cárcel, cárcel les dé, tanto al gobernador como a maestros. Esto es totalmente asunto del Gobierno de la República con todo y gobernador.
Por cierto, una de las primeras acciones del nuevo presidente en el mismo mes de diciembre, se puede decir que a unos cuantos días de asumir el poder, fue la cancelación de la Reforma Educativa, quizá pensando que con ello regresarían mansitos los maestros a las aulas, situación que nunca iba a suceder y menos ahora con la enorme veta que tienen con el paro de trenes en Michoacán y que el movimiento comercial internacional del puerto de Lázaro Cárdenas, ya se salió de control, no nada más ahí, donde numerosas embarcaciones ya esperan en el mar, turno para bajar su carga, sino que este problema ya se extendió a Manzanillo, en el estado de Colima, los dos más importantes del Pacífico. Pero la solución presidencial es que arregle el problema el gobernador de Michoacán y que la administración federal no emprenderá ninguna acción contra los profesores paristas.
También aquí la pregunta: ¿Y el fiscal qué no es autónomo?, ¿por qué no interviene si se está produciendo un delito con daño patrimonial no solamente a personas morales, sino a la misma nación?
Pero agregue un sinnúmero de daños colaterales como el paro de numerosas armadoras de vehículos que se encuentran asentadas en diversos estados del centro del país, se están paralizando empresas internacionales asentadas en México que, necesariamente necesitan los insumos atorados por los maestros en Michoacán e indirectamente en Manzanillo.
Pero no nada más eso, diversas mercancías que van desde alimentos hasta diferentes mercancías que se comercializan con otros países y que están detenidos gracias a la ideología magisterial de quienes se suponen tienen en sus manos el futuro de México.
Pero volviendo a la postura del presidente; al gobernador de Michoacán le vale lo que pase allende sus fronteras aunque el origen del problema esté en su entidad, pero al presidente no le debe valer porque su área de responsabilidad es con todos los mexicanos, no nada más con una parte o con los militantes de determinado partido político.