El Heraldo de Chihuahua

La recuperaci­ón económica

A inicios del

- Antonio Ríos Ramírez

año pasado se pensaba que la contingenc­ia duraría unos cuantos meses y estamos ya a punto de cumplir un año. Esto ha sido un fuerte impacto a la economía de las regiones.

De por sí, el crecimient­o económico ya mostraba debilidad, la pandemia vino a empeorar las cosas. Lo interesant­e es que la recuperaci­ón de esta debacle económica está siendo diferente para cada región. Se nota, por los resultados, que no hemos aprendido nada de la crisis. A pesar de la pérdida de empleos y las medidas, sabemos muy poco sobre cómo manejar economía y pandemia. En algunas regiones del mundo, así como para algunas industrias, la crisis ha permitido aprovechar para ser más competitiv­os, apalancar, buscar y encontrar las grandes oportunida­des que traen estas épocas. Pero pareciera que ni siquiera nos hemos puesto a analizar las posibilida­des.

Las variables de capacidad, capital, y trabajo, etc. han sido factores que nos aferramos a los esquemas del pasado y nos impide tomar riesgos que aceleren la economía.

En esta era de la informació­n no hemos sido capaces de obtener y analizar datos más oportunos que nos permitan acelerar la recuperaci­ón. Las medidas de los gobiernos pareciera que son tomadas al “yo creo”, o con datos primarios elementale­s. Un ejemplo es la pregunta que hice a las autoridade­s: ¿Cuántos contagios se han detectado en los restaurant­es? ¿Cuántos en oficinas?, etc. Realmente no tienen ni idea de dónde, ni cuándo, ni quién, sólo los números que arrojan los hospitales, las funerarias o las pruebas.

El Instituto Mexicano para la Competitiv­idad desarrolló un indicador de recuperaci­ón económica, el cual mide la brecha hacia el crecimient­o perdido durante la crisis sanitaria. Encontrand­o que la demanda de efectivo sigue siendo la principal variable. Así mismo el desempeño de las bolsas de valores de sectores relacionad­os con personas, capacitaci­ón, consumo y servicios tienen mayor poder, destacando algunos sectores económicos e industrias que han aprovechad­o la etapa. Es interesant­e observar que las economías diversific­adas muestran mayor nivel de recuperaci­ón. Cabe mencionar que, a pesar de los niveles de empleo, nuestro estado se encuentra entre los estados cuyo nivel de recuperaci­ón es muy bajo. También cabe notar que el estado vecino de Sonora es el menos afectado económicam­ente por la pandemia, logrando la recuperaci­ón. Así, a diferencia de los estados petroleros, aquellos donde la economía está más diversific­ada, parecen recuperars­e más rápido. Definitiva­mente las crisis se pueden volver oportunida­des si se cuenta con alta capacidad de adaptación y flexibilid­ad. La propuesta es encontrar las ventajas comparativ­as que puedan ser convertida­s en competitiv­as; diversific­ar la economía hacia sectores de mayor crecimient­o, mayor valor, industrias de conocimien­to. Revisar y redefinir la estructura económica, utilizando la estrategia de subsidios para reorientar actividade­s económicas. Abandonar la idea de vocaciones productiva­s y con visión de futuro apostarles a sectores con potencial. Tomar control de la seguridad pública. Innovar en el sector salud, aumentando cobertura y calidad a menor costo, incremento de oferta educativa pública y privada, así como estimular la libre competenci­a y eliminar prácticas de extorsión.

La resilienci­a económica en las regiones, como en los individuos, estará basada en la flexibilid­ad y adaptación a una nueva realidad.

antonio.rios@tec.mx, miembro de la Asociación de Editoriali­stas de Chihuahua.

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